El collar isabelino en gatos
El collar isabelino se suele utilizar para evitar que el gato con prurito se rasque, pero también puede afectar al bienestar del animal.
Número de edición 31.1 Otros artículos científicos
Fecha de publicación 09/09/2021
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Las lesiones cutáneas localizadas en la región nasal del gato pueden suponer un reto en cuanto al diagnóstico diferencial y al tratamiento; Christina Gentry nos muestra cómo abordarlas de forma racional.
Las lesiones del plano nasal en el gato pueden ser la única manifestación cutánea de enfermedad o bien acompañarse de otras lesiones cutáneas.
La presencia o ausencia de otras lesiones puede ayudar a limitar la lista de diagnósticos diferenciales.
La citología superficial por impronta y la biopsia son las pruebas de diagnóstico que se utilizan con más frecuencia.
En los procesos inmunomediados, infecciosos y paraneoplásicos también pueden desarrollarse signos sistémicos, entre los que se incluyen malestar y disminución del apetito.
Las enfermedades que afectan a la nariz y al puente nasal son poco, o muy poco, frecuentes en los pacientes felinos. Algunos trastornos afectan a zonas tanto sin pelo (plano nasal y philtrum) como con pelo (puente nasal), mientras que otros únicamente afectan al plano nasal. Las lesiones en la nariz pueden tener una causa neoplásica, parasitaria, inmunomediada, infecciosa, genética, ambiental o idiopática. Las enfermedades del plano nasal también pueden afectar a la piel circundante y a otras localizaciones más distantes. El objetivo de este artículo es describir brevemente y en función de la etiología subyacente, la patogenia, las herramientas de diagnóstico, el tratamiento y el pronóstico de las afecciones con las que se puede encontrar el veterinario.
Los carcinomas de células escamosas (CCE) son los tumores más frecuentes en el gato, representando cerca del 15% de todas las neoplasias cutáneas felinas 1.La mayoría de los CCE se localizan en la cara, especialmente en áreas con muy poco pelo, como las puntas de las orejas, el puente nasal, los párpados, así como en el plano nasal (Figura 1). En la patogenia está implicada la exposición crónica a la radiación ultravioleta (UV) y los gatos blancos o de colores claros tienen mayor riesgo de desarrollar CCE porque la superficie de su piel recibe una mayor radiación UVB 2. Las lesiones iniciales, que pueden asemejarse a las de arañazos o traumatismos que no terminan de cicatrizar 3, consisten en una queratosis actínica (lesiones precancerígenas por la exposición solar crónica), que progresa a carcinoma de células escamosas in situ y, posteriormente, a carcinoma de células escamosas. Se pueden presentar diversos tipos de lesiones a la vez, pero normalmente consisten en áreas inflamadas con costras, bajo las que se puede observar eritema, alopecia y erosiones 3. El tamaño de las lesiones es variable, con un diámetro comprendido entre unos pocos milímetros y algunos centímetros. Las áreas afectadas pueden presentar un hundimiento o cráter y las costras pueden ser hemorrágicas, observándose a veces, en los casos más graves, masas papilares o fungiformes.
El diagnóstico normalmente se confirma con los resultados de una muestra histopatológica de biopsia o tras la escisión quirúrgica completa. Para obtener una muestra de la región del plano nasal se puede utilizar la técnica de biopsia por punch (ver Recuadro 1), mientras que la biopsia por raspado/marginal puede ser más útil para obtener muestras de las puntas de las orejas. Como las lesiones afectan a la epidermis, los aspirados con aguja fina pueden no resultar tan útiles cuando las lesiones son pequeñas. La histopatología del CCE bien diferenciado se caracteriza por la presencia de trabéculas e islotes de células epidérmicas que penetran en la dermis. Las lesiones presentan en la periferia queratinocitos de aspecto basal con una diferenciación progresiva a células epidérmicas queratinizadas hacia el centro de la lesión. Estas células epidérmicas forman “perlas” de queratina que pueden visualizarse en el centro de los islotes epidérmicos neoplásicos 3.
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Los carcinomas de células escamosas localizados en la zona facial tienen un bajo índice de metástasis 4 y en su mayoría, los tratamientos van dirigidos a las lesiones individuales. Antes de iniciar el tratamiento puede estar recomendada la estadificación del paciente, que implica la realización de un análisis de sangre, la obtención de aspirados de los ganglios linfáticos locales y la realización de radiografías torácicas. Los posibles tratamientos del CCE facial incluyen la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia intralesional. La escisión quirúrgica es el tratamiento recomendado para la mayoría de los CCE que afectan a la cara 4, aunque la extirpación quirúrgica de tumores grandes en el plano nasal puede provocar la desfiguración de los rasgos. En estos casos se recomienda la radioterapia; utilizando braquiterapia con estroncio-90 para tumores de menos de 3 mm de profundidad y la teleterapia para lesiones más profundas 5. Las lesiones más pequeñas que se pueden extirpar completamente son las que tienen mejor pronóstico y la radioterapia, cuando las lesiones son pequeñas, puede alargar significativamente el intervalo libre de enfermedad, pasando de meses a años 1. Las lesiones más invasivas recidivan con mayor rapidez.
La alopecia paraneoplásica es un síndrome raro descrito principalmente en gatos. Todavía no se ha determinado con exactitud la patogenia, pero casi todos los casos son secundarios a neoplasias malignas del páncreas, intestino, hígado o tracto biliar 6. Los signos clínicos a nivel general incluyen malestar, pérdida de peso y disminución del apetito en un gato de edad avanzada que, anteriormente, tenía un buen estado de salud. Los signos clínicos a nivel cutáneo pueden ser llamativos e incluyen la rápida pérdida de pelo y la facilidad con la que se puede depilar el pelo del abdomen, progresando a una alopecia en las extremidades y en la cara. La piel alopécica es suave y a veces presenta una secreción marrón debido a la dermatitis secundaria por Malassezia 7. La superficie de las almohadillas y del plano nasal se muestra brillante y lisa, mientras que se puede observar alopecia en el puente de la nariz.
En general, el pronóstico es malo, ya que antes de observarse la alopecia y la pérdida de las capas normales del plano nasal suele haberse producido la metástasis a los ganglios linfáticos, hígado y pulmones 67. En la mayoría de los casos, cuando existe poca probabilidad de que la cirugía sea curativa, se recomiendan cuidados paliativos o la eutanasia del animal.
Christina M. Gentry
Reacciones de hipersensibilidad
La hipersensibilidad a la picadura de los mosquitos es especialmente frecuente en gatos que tienen acceso al exterior, de capa oscura y durante los meses más calurosos de regiones con un clima cálido, como las del sur de Estados Unidos o los países Mediterráneos. Es raro que afecte a gatos que viven exclusivamente en el interior del hogar. Se considera que es una hipersensibilidad de tipo 1 que además tiene características de la hipersensibilidad tipo 4. Algunos gatos empiezan presentando unas ronchas durante los primeros 20 minutos tras la picadura 8. Se puede observar una dermatitis miliar y a veces un granuloma eosinofílico en el puente nasal, la punta de las orejas y las almohadillas (Figura 2). Estas lesiones pueden progresar formándose costras más grandes, erosiones y excoriaciones por prurito. En los casos más graves las lesiones se pueden extender desde el puente nasal hacia el plano nasal y puede desarrollarse una linfadenopatía regional 89.
El diagnóstico se suele realizar en base a la historia clínica y la exploración física. En los casos más graves o en los que hay una sospecha de pénfigo foliáceo o dermatitis por herpesvirus, se puede considerar la biopsia. Es recomendable realizar una citología superficial para comprobar si existe una infección bacteriana secundaria; si no hay infección, las células predominantes más frecuentes son los eosinófilos, siendo menos frecuentes otros tipos de células. La histopatología de la hipersensibilidad a la picadura de mosquitos normalmente revela una marcada inflamación eosinofílica con costras y exudado seroso. Puede resultar complicado diferenciar esta hipersensibilidad de otros trastornos cutáneos eosinofílicos del gato o de la dermatitis por herpesvirus cuando no se detectan cuerpos de inclusión virales 9.
Para que el tratamiento tenga éxito es necesario controlar la inflamación aguda y las infecciones secundarias (si existen), además de reducir o eliminar el número de picaduras de mosquito. Probablemente, la forma más eficaz de controlar la inflamación es mediante la administración de esteroides de acción corta por vía oral o parenteral en el rango medio-alto de la dosis antiinflamatoria (1-2 mg/kg día) 8. Es posible que solo sea necesario un tratamiento de 2-4 semanas de duración, evitando las picaduras de los mosquitos, pero si no se puede modificar el entorno del gato (p. ej., gatos de fincas o zonas rurales) el tratamiento se puede continuar durante la época del año de mayor actividad del mosquito.
La mejor estrategia consiste en evitar la picadura del mosquito. Las medidas que se pueden adoptar incluyen mantener al gato dentro del hogar durante las horas y la estación del año de mayor actividad, eliminar los lugares en los que haya agua estancada donde puedan depositarse larvas de mosquito, retirando arbustos, maleza y césped alto cerca del agua y utilizando repelentes ambientales 8. Si no es posible mantener al gato en el interior de la casa se pueden utilizar repelentes tópicos, pero su eficacia es variable y se deberían aplicar diariamente siempre que sea posible. También se pueden utilizar productos con permetrina (formulados para gatos), citronela, aceite de neem o aceite esencial de catnip, pero se debe tener en cuenta el riesgo de toxicidad 8. Según la experiencia anecdótica de la autora, los productos que contienen picaridina pueden ser eficaces durante varias horas cuando se aplican sobre el dorso y las puntas de las orejas.
El pronóstico en los gatos, cuando se pueden mantener dentro de las casas, es excelente, e incluso aunque no se pueda modificar significativamente el entorno, el pronóstico es de regular a bueno.
El pénfigo foliáceo (PF) es la enfermedad cutánea inmunomediada más común en el gato 10, aunque a nivel global es poco frecuente en la población felina. El PF afecta a los desmosomas que mantienen la unión entre las células epidérmicas más superficiales, de manera que estas células se separan antes de madurar completamente como queratinocitos anucleados. La mayoría de los casos son idiopáticos y un pequeño porcentaje está desencadenado por reacciones a determinados fármacos 11. Los gatos afectados, generalmente son de mediana edad, pero esta enfermedad puede desarrollarse en gatos de cualquier edad, incluyendo gatitos.
Las lesiones de PF se localizan con mayor frecuencia en la superficie cóncava del pabellón auricular, en la cara, el puente nasal y el plano nasal (Figura 3); las lesiones del plano nasal se observan en hasta el 50% de los gatos (Figura 4) 1112. Los gatos afectados también pueden presentar lesiones alrededor de las papilas mamarias, en las almohadillas, el lecho ungueal y en áreas de piel con pelo 11. Algunos gatos únicamente tienen lesiones en la cara, otros solo en las almohadillas, con afectación del lecho ungueal, y otros presentan lesiones en diversas partes del cuerpo. Las lesiones primarias consisten en pústulas amarillentas que engloban varios folículos pilosos y progresan hacia costras amarillentas anulares, que pueden tener erosiones subyacentes. Si el plano nasal y las almohadillas están afectados se puede apreciar la pérdida del aspecto adoquinado normal y el lecho ungueal puede presentar una secreción espesa, purulenta y amarilla, a veces verde, alrededor de los pliegues ungueales. El prurito es variable; el autotraumatismo por rascado puede alterar significativamente la apariencia de las lesiones, especialmente en la cara y las orejas. Los gatos afectados pueden presentar fiebre, malestar y disminución del apetito.
Como prueba de diagnóstico inicial se debe realizar una citología por impronta de las lesiones, ya sea rompiendo una pústula o levantando una costra. En la citología se observarán principalmente neutrófilos no degenerados y un número variable de queratinocitos acantolíticos; estos queratinocitos nucleados y redondeados han perdido las uniones de los desmosomas y se visualizan de color azul mediante tinciones rutinarias. Es recomendable realizar un cultivo para dermatofitos (DTM), así como explorar al animal con una lámpara de Wood y realizar un raspado cutáneo para descartar dermatofitosis y ectoparásitos (Demodex cati y Notoedres cati). En la analítica sanguínea inicial se puede observar leucocitosis e hiperglobulinemia 13.
Para obtener un diagnóstico definitivo se recomienda realizar una biopsia. Dada la naturaleza superficial de las lesiones diagnósticas (pústulas neutrofílicas con queratinocitos acantolíticos), no se debe depilar, ni rasurar o raspar la zona de la biopsia, ya que la muestra puede perder su valor diagnóstico. La histopatología revela la presencia de costras neutrofílicas, con un infiltrado epidérmico y dérmico superficial predominantemente neutrofílico o mixto de neutrófilos y eosinófilos 14. Las pústulas pueden presentar un infiltrado predominantemente neutrofílico o eosinofílico con queratinocitos acantolíticos, solitarios o agrupados. Los folículos pilosos también pueden verse afectados (Figura 5) 14.
Los corticoides son la principal opción terapéutica y, en muchos casos, se obtiene una respuesta satisfactoria a la monoterapia. Se han utilizado dosis de inducción de 2-6 mg/kg PO al día de prednisolona, siendo suficientes 2-3 mg/kg al día en la mayoría de los pacientes 12. La vía de elección es la oral y probablemente sea la más efectiva, en comparación con la administración parenteral de esteroides de acción prolongada, aunque en pacientes difíciles de medicar se pueden hacer excepciones. La remisión se suele lograr a las 2-8 semanas, aunque la mayoría de los pacientes necesitan un tratamiento de por vida. Una vez que se produce la remisión, la dosis de esteroides se reduce progresivamente un 25% cada 2-3 semanas hasta retirar totalmente el tratamiento o hasta que se produzca otro brote.
Dada la larga duración del PF en el gato y los posibles efectos adversos de los esteroides, como el aumento de peso, el riesgo de diabetes mellitus y de infecciones víricas de vías respiratorias altas, se debe considerar la administración de otros inmunosupresores como terapia adyuvante. Se puede utilizar ciclosporina modificada, en presentación líquida o en cápsulas, a dosis de 5-7 mg/kg al día para reducir (y en ciertos casos suprimir) las dosis de corticoesteroides. En algunos casos, la frecuencia de administración se puede reducir a 2-3 días a la semana 15. El clorambucilo puede ser una opción en casos refractarios a la ciclosporina modificada, cuando el paciente presente efectos secundarios digestivos importantes o preocupe la larga duración de los efectos secundarios asociados a los esteroides 15. La azatioprina no está recomendada en el gato debido al riesgo potencial de supresión de la médula ósea 15. El pronóstico para la mayoría de los gatos es bueno, siempre que se tolere bien la administración oral y no se desarrollen efectos adversos asociados al uso de esteroides11.
Christina M. Gentry
Causas infecciosas
La sospecha de FHV-1 se basa en la historia clínica y la exploración física, especialmente cuando también existen signos respiratorios de vías altas. Para obtener el diagnóstico definitivo es muy recomendable realizar una biopsia. La dermatitis por FHV-1 puede ser similar a la hipersensibilidad a la picadura de mosquitos, el pénfigo foliáceo, el granuloma eosinofílico y el eritema multiforme, dependiendo de la cantidad de costras presentes y del grado de lesiones por autotraumatismo. La histopatología revela necrosis de la epidermis que puede extenderse a la dermis, con una cantidad considerable de exudado y costras y el infiltrado eosinofílico es más frecuente que el infiltrado neutrofílico 9. Los cuerpos de inclusión intranucleares en los queratinocitos o de células gigantes son un hallazgo diagnóstico, pero no siempre están presentes. Si en la muestra no se observan cuerpos de inclusión, puede ser necesario realizar una prueba de PCR o de inmunohistoquímica del tejido afectado. En un estudio reciente se ha demostrado la fiabilidad de la hibridación in situ de ARN para el diagnóstico de FHV-1 en muestras de tejido embebido en parafina y fijado con formalina 18.
Cabe señalar que la prueba de PCR viral de lesiones oculares o respiratorias no permite confirmar o descartar la herpervirosis cutánea, pero puede contribuir a determinar la causa cuando exista una enfermedad respiratoria de vías altas concomitante.
Las formas de presentación más frecuentes en el gato son la cutánea y la cutaneolinfática. Las áreas que generalmente están afectadas son la cara y la cabeza, observándose lesiones en el puente nasal que llegan a extenderse hasta el plano nasal 21. La progresión de la forma cutaneolinfática a la forma diseminada es poco frecuente. En un estudio de revisión retrospectivo de 23 casos se observó que prácticamente todos los gatos afectados tenían acceso al exterior y el estado de salud antes de la infección era bueno en la mayoría de los casos, aunque un pequeño porcentaje presentó comorbilidades en el momento del diagnóstico, incluyendo la infección retroviral 21.
La esporotricosis se puede diagnosticar mediante la evaluación citológica de muestras de aspirados con aguja fina, el cultivo fúngico y la evaluación histopatológica 22. El tratamiento con antifúngicos del grupo de los azoles (generalmente itraconazol) suele ser exitoso, aunque también se han utilizado el yoduro de sodio y el yoduro potásico 22. El tratamiento normalmente dura varios meses y se mantiene como mínimo durante 1-2 meses más tras la resolución de los signos clínicos. El pronóstico para las formas cutánea y cutaneolinfática es bueno, pudiendo ser menos favorable en los casos sistémicos.
Se han utilizado diversos tratamientos, incluyendo la prednisolona oral, el ácido salicílico y el tacrólimus por vía tópica. La prednisolona en comprimidos y el ácido salicílico en pomada han demostrado una eficacia variable, mientras que se ha indicado una mayor probabilidad de remisión clínica con el tacrólimus por vía tópica 23, aunque algunos gatos experimentan una mejoría espontánea. El pronóstico es de bueno a excelente, ya que la mayoría de los gatos responden al tratamiento.
Conclusión
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Christina Gentry
Hospital Veterinario Gulf Coast Veterinary Specialists, Houston, TX, EE. UU. Leer más
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