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Veterinary Focus

Número de edición 31.1 Otros artículos científicos

Reacciones cutáneas adversas al alimento en gatos

Fecha de publicación 07/04/2021

Escrito por Sarah E. Hoff y Darren J. Berger

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano , Română , English , ภาษาไทย , 한국어 y Українська

Los propietarios frecuentemente tienden a pensar que el alimento es el responsable de los problemas de piel de su gato, pero ¿es esto cierto? En este artículo los autores nos explican cuáles son los métodos más adecuados de diagnóstico y de tratamiento para las reacciones adversas al alimento.

La alopecia ventral autoinducida, a menudo sin lesiones obvias, es una presentación clínica frecuente en gatos con problemas cutáneos.

Puntos clave

En el gato, las reacciones cutáneas adversas al alimento no pueden diferenciarse de otras hipersensibilidades alérgicas por su presentación clínica o localización de las lesiones. 


El prurito no estacional es el signo clínico que con más frecuencia está asociado a la reacción adversa al alimento. 


La reacción adversa a los alimentos solo se puede diagnosticar con precisión mediante la prueba con una dieta de eliminación, utilizando para ello una dieta casera equilibrada o una dieta comercial de prescripción veterinaria con una fuente de proteína novel o con proteína hidrolizada y durante un mínimo de 8 semanas.


La correcta formación del cliente por parte del veterinario contribuye al cumplimiento de la prueba de eliminación, lo que puede ser clave para el éxito en el diagnóstico y en el tratamiento. 


 

Introducción

Un error frecuente de los propietarios es pensar que los signos clínicos de alergia alimentaria deberían aparecer poco después de un cambio en la alimentación. Es cierto que las reacciones adversas al alimento pueden producirse poco después de la introducción de un alimento nuevo, pero este tipo de respuesta no suele ser de naturaleza alérgica, dado el tiempo necesario para desarrollar una respuesta inmunitaria y, por tanto, es importante informar al propietario sobre las diferencias entre los conceptos de intolerancia y alergia alimentaria.” La intolerancia alimentaria comprende cualquier respuesta fisiológica anormal, no inmunomediada, desencadenada por un componente, toxina o sustancia del alimento, que da lugar a un efecto secundario indeseable 1. El ejemplo más típico es el de la intolerancia a la lactosa, en la que, como consecuencia de la incapacidad para digerir la lactosa, se produce una diarrea hiperosmótica y las consiguientes flatulencias y molestias abdominales. Por otro lado, la alergia alimentaria, hace referencia a una reacción inmunitaria frente a un componente del alimento, que puede ser tanto una reacción de hipersensibilidad inmediata tipo 1, mediada por IgE, como una reacción de hipersensibilidad retardada, mediada por los linfocitos y sus citoquinas 1. En los animales, resulta complicado distinguir entre intolerancia y alergia alimentaria, por lo que se ha propuesto utilizar el término de “reacción adversa al alimento” para englobar a todas las etiologías que resultan en una respuesta clínicamente anómala atribuible a la ingestión de un componente del alimento 2. En el gato, las manifestaciones clínicas más frecuentes de las reacciones adversas al alimento son cutáneas y digestivas, aunque en raras ocasiones, pueden observarse signos de conjuntivitis, rinitis, signos neurológicos y alteraciones del comportamiento 1 3. En este artículo se abordan principalmente las reacciones cutáneas adversas a los alimentos (RCAA). 

Sarah E. Hoff

Aunque las reacciones adversas al alimento pueden producirse poco después de la introducción de un alimento nuevo, generalmente estas reacciones no son de naturaleza alérgica, dado el tiempo necesario para desarrollar una respuesta inmunitaria, y es importante informar al propietario sobre las diferencias entre los conceptos de intolerancia y alergia alimentaria

Sarah E. Hoff

Investigación inicial de la RCAA en el gato

Las RCAA es un diagnóstico relativamente poco frecuente en el gato, con una prevalencia en la población general de entre el 0,2-6%, aunque esta cifra aumenta significativamente en los gatos cuyo principal motivo de consulta al veterinario es el prurito (12-21%) o una enfermedad cutánea alérgica (5-13%) 4. El enfoque diagnóstico estructurado es esencial. 

Historia y presentación clínica 

Para elaborar con precisión un plan diagnóstico y terapéutico no hay que subestimar la importancia de una historia clínica completa, incluyendo un historial dietético detallado, útil para determinar exposiciones previas a alimentos, así como para orientar futuros tratamientos. En la Tabla 1 se muestran algunos ejemplos de preguntas importantes para los propietarios de gatos con enfermedades cutáneas. La información obtenida en una anamnesis detallada permite estrechar la lista de diagnósticos diferenciales y sirve de ayuda para guiar los siguientes pasos. Por ejemplo, ante la ausencia de un programa para el control regular de pulgas, un importante diagnóstico diferencial será la dermatitis alérgica por pulgas, y en el caso de un hogar con varios animales afectados, aumentan las probabilidades de que la causa sea un parásito o un agente patógeno contagioso. 

 

Tabla 1. Ejemplos de preguntas para realizar una anamnesis completa.
Historial clínico Historial alimentario Estilo de vida Uso de fármacos
  • Describe el problema de tu gato.
  • ¿Desde cuándo lo presenta? 
  • ¿Se ve afectado por la época del año?  
  • ¿Con cuánta frecuencia vomita? 
  • ¿Con cuánta frecuencia tiene bolas de pelo? 
  • ¿Tiene episodios recurrentes de diarrea y/o  flatulencias?
  • ¿Tiene algún signo respiratorio (silbido, tos, dificultad respiratoria)?
  • ¿Se le han realizado pruebas FeLV o FIV? ¿Cuáles fueron los resultados?
  • ¿Ha tenido algún otro problema de salud? 
     
  • ¿Qué alimento toma actualmente el gato (marca, sabor, húmedo o seco, comercial o casero)?
  • ¿Qué alimentos ha consumido antes? (marca, sabor, húmedo o seco, comercial o casero)?
  • ¿Qué premios, extras  o sobras toma el gato? 
  • ¿Come a determinadas horas o tiene disponible la comida durante todo el día?
  • ¿Toma algún tipo de suplemento o de masticables dentales?  
     
  • ¿Con cuánta frecuencia sale al exterior?  
  • ¿Puede cazar?
  • ¿Cuántos animales viven en el hogar? ¿Alguno de ellos está también afectado? ¿Cuándo adquirió al último gato?
  • ¿Tiene a algún animal  desde hace poco?
  • ¿Alguna persona del hogar tiene algún problema de piel? 
  • ¿Se ha producido algún cambio respecto a la cantidad ingerida de comida o agua?
     
  • ¿Qué tipo de tratamiento para las pulgas das a tu gato? 
  • ¿Cuándo fue la última vez que recibió el tratamiento para las pulgas?  
  • ¿Qué tratamiento para las pulgas utilizas para los otros animales?
  • ¿Qué tratamientos has probado antes para este problema? ¿Fueron eficaces? 
     

 

Los signos clínicos de RCAA pueden aparecer a cualquier edad, pero se observan con más frecuencia en gatos jóvenes o de mediana edad, siendo 3,9 años la edad media, no pareciendo existir una clara predisposición racial o sexual 5. El signo clínico más frecuente es el prurito no estacional (5) con una prevalencia de signos gastrointestinales concomitantes variable, comprendida entre el 17-22% de los gatos afectados 2. El signo gastrointestinal más frecuentemente asociado a la reacción adversa al alimento, en caso de presentarse, es el vómito, seguido de las flatulencias y la diarrea 3.

La respuesta a tratamientos anteriores puede ser variable. En un estudio con 17 gatos diagnosticados con RCAA, todos ellos tuvieron al menos una respuesta parcial al tratamiento sistémico o tópico con glucocorticoides 6, pero en otro estudio retrospectivo con 48 gatos afectados con RCAA, el tratamiento sistémico con glucocorticoides no fue eficaz en el 61% de los casos 7. En un tercer estudio con 10 gatos con RCAA, los propietarios indicaron que no se obtuvo ningún efecto beneficioso tras la inyección de glucocorticoides de larga duración 8.

Exploración física

La exploración física puede revelar uno o varios patrones de reacción cutánea: prurito sin lesiones, alopecia autoinducida (Figura 1), dermatitis miliar (Figura 2) y lesiones de enfermedades cutáneas eosinofílicas, como úlceras indolentes, placas eosinofílicas y granulomas eosinofílicos (Figuras 3 y 4) 2. Las áreas afectadas con mayor frecuencia incluyen la cara/cabeza, las orejas, la región ventral y la parte distal de extremidades 5, pero estos signos no son patognomónicos de la RCAA y existen muchos otros procesos patológicos que se pueden manifestar de la misma forma (Tabla 2). Como parte de la exploración física se debe incluir el cepillado exhaustivo con un peine de púas finas, con el objetivo de buscar cualquier evidencia de pulgas, piojos y ácaros (Cheyletiella spp.), aunque su ausencia (incluyendo restos de sangre seca y heces de pulgas) no permite descartar estos parásitos, puesto que los gatos se acicalan muy bien y pueden eliminar cualquier evidencia de pulgas. 

 

Tabla 2. Diagnósticos diferenciales y pruebas diagnósticas recomendadas para la reacción adversa al alimento cutánea en el gato.
Diagnósticos diferenciales Pruebas recomendadas
Dermatitis alérgica por pulgas Exploración física, cepillado con peine de púas finas, respuesta al control parasitario, flotación fecal, evidencia de tenias
Demodex gatoi Raspado cutáneo, flotación fecal, respuesta al tratamiento
Cheyletiella spp. Exploración física, citología cutánea, raspado cutáneo, cepillado con peine de púas finas, flotación fecal
Otodectes cynotis or Notoedres cati Exploración física, citología cutánea/oído, raspado cutáneo
Dermatofitosis Historia clínica, tricografía, lámpara de Wood, DTM, PCR fúngica
Enfermedades autoinmunes (pénfigo foliáceo) Citología cutánea, biopsia e histopatología
Endocrinopatías (hipertiroidismo, diabetes, etc.) Historia clínica, análisis de sangre y de orina 
Reacción adversa farmacológica cutánea Historia clínica, biopsia e histopatología
Enfermedades víricas (herpesvirus, papilomavirus, calicivirus, poxvirus, virus de la leucemia felina) Biopsia e histopatología, PCR, inmunohistoquímica
Dermatitis por hipersensibilidad no inducida por pulgas ni por alimentos Historia clínica, exclusión de otros diagnósticos diferenciales
Alopecia psicógena Historia clínica, respuesta al tratamiento, exclusión de otros diagnósticos diferenciales
Imagen de un gato acostado sobre una mesa de exploración. Dos personas con guantes azules sostienen sus extremidades dejando visible la región ventral con alopecia.

Figura 1. La alopecia ventral autoinducida, a menudo sin lesiones obvias, es una presentación clínica frecuente en gatos con problemas cutáneos. © Darren J. Berger
 

Exploración veterinaria de un gato con reacción cutánea adversa al alimento. El gato presenta un patrón de dermatitis miliar incluyendo pérdida de pelo y excoriaciones en la cabeza y cuello.

Figura 2. En los gatos pueden aparecer excoriaciones en la cabeza y cuello como parte del patrón de dermatitis miliar secundario a la RCAA. © Karen L. Campbell

Primer plano de la región ventral de un gato con reacción cutánea adversa al alimento. Se observa alopecia y la presencia de placas eosinofílicas que son lesiones elevadas, eritematosas muy pruriginosas.

Figura 3. Placas eosinofílicas y pérdida de pelo secundarias a RCAA en la región ventral de un gato. © Darren J. Berger

Primer plano de la boca de un gato con úlcera indolente en el labio superior secundaria a rección cutánea adversa al alimento. Se observan lesiones erosivas bilaterales.

Figura 4. Úlcera indolente bilateral secundaria a RCAA en el labio superior de un gato. © Darren J. Berger

 

 

Pruebas dermatológicas básicas

La RCAA es un diagnóstico relativamente poco frecuente, por lo que se deben realizar las pruebas y tratamientos adecuados para descartar la mayor cantidad posible de enfermedades del diagnóstico diferencial. En la presentación inicial del paciente se deben realizar pruebas dermatológicas básicas (raspado cutáneo, citología, tricografía y flotación fecal) para descartar enfermedades con una manifestación clínica similar a la RCAA, así como para identificar cualquier infección secundaria o infestación parasitaria. Los gatos pueden presentar infecciones secundarias por bacterias o por Malassezia, lo que exacerbaría el prurito originado por la enfermedad subyacente 6. Si no se ha realizado antes, se debe considerar el cultivo fúngico o la prueba de PCR para dermatofitos, puesto que la dermatofitosis felina suele afectar a la cabeza y cuello y la presencia de prurito es variable 9 Ciertos individuos son más susceptibles a la infección por dermatofitos, mientras que otros pueden ser portadores asintomáticos 9, por lo que, aunque tradicionalmente sea considerada como una enfermedad contagiosa, la ausencia de otros animales o personas del hogar afectados no permite descartar la dermatofitosis como posible causa subyacente. 

Pruebas diagnósticas específicas de RCAA

Una vez que se han descartado otras enfermedades, lo ideal sería realizar una prueba diagnóstica para la RCAA, que sea sencilla, relativamente económica y que proporcione un diagnóstico preciso. Sin embargo, hasta la fecha, no existe ninguna prueba que cumpla con todas estas características 10. Se han propuesto varias pruebas para diagnosticar la RCAA.  

Histopatología

Aunque las biopsias cutáneas son útiles para el diagnóstico de muchas enfermedades de la piel y pueden ayudar a descartar algunas patologías del diagnóstico diferencial, no hay hallazgos patognomónicos que permitan establecer un diagnóstico definitivo de RCAA. La biopsia de animales con RCAA suele mostrar una dermatitis perivascular caracterizada por un infiltrado celular variable, consistente en linfocitos, eosinófilos, mastocitos, neutrófilos y macrófagos. Sin embargo, estos cambios son inespecíficos y se pueden observar en cualquier proceso alérgico, por lo que las biopsias de gatos con RCAA, dermatitis alérgica por pulgas y dermatitis por hipersensibilidad no inducida por pulgas ni alimentos, mostrarán unos hallazgos similares. Por tanto, la biopsia cutánea, por sí sola, no permite diferenciar entre estas enfermedades alérgicas y, del mismo modo, las biopsias intestinales de animales con signos gastrointestinales concomitantes proporcionarán un diagnóstico histológico, pero no etiológico, no pudiéndose diferenciar entre reacción adversa al alimento y otra causa 10

Pruebas de IgE sérica

La detección de IgE sérica específica frente a alimentos contribuye al diagnóstico de alergia alimentaria en las personas 11, puesto que con frecuencia presentan reacciones de hipersensibilidad inmediata tipo 1, mediadas por IgE. Sin embargo, estas reacciones son bastante raras en los animales 11. Por tanto, se desconoce la importancia de detectar IgE específicas frente a alérgenos alimentarios en suero felino (o canino) y hay estudios que demuestran que los animales sin signos clínicos de RCAA pueden presentar niveles detectables de IgE sérica específica frente a alimentos, incluso frente a aquellos que no forman parte de su historial alimentario 10. Numerosos estudios demuestran que la IgE sérica específica frente a alimentos no permite diagnosticar con precisión RCAA, en comparación con los resultados de la prueba con una dieta de eliminación, y estas pruebas serológicas presentan inconsistencia entre sí, puesto que se ha demostrado una baja repetibilidad 10. Según la conclusión de un reciente artículo existen pocas evidencias que avalen su uso en animales y, actualmente, no se recomienda la realización de pruebas serológicas de IgE 2.

Prueba cutánea y prueba del parche 

Otra prueba que en las personas ayuda al diagnóstico de alergia alimentaria es la prueba cutánea o prick test 12. Esta prueba consiste en inocular el alérgeno en la epidermis y valorar si se forma un habón, lo que indicaría una respuesta mediada por IgE. En las personas, esta prueba tiene una sensibilidad elevada (~90%), pero una especificidad baja (~50%) 12 y, por este motivo, no se recomienda como prueba rutinaria para detectar alergias alimentarias. Se han realizado pruebas intradérmicas de alérgenos alimentarios en perros, pero no en gatos, y los estudios demuestran que las pruebas cutáneas no presentan valores predictivos positivos o negativos adecuados como para recomendar su uso, ni permiten diferenciar entre perros atópicos y perros con RCAA 10. La prueba del parche o patch test, que consiste en aplicar directamente un componente alimentario en la piel y observar si aparecen signos de irritación, se ha evaluado en dos estudios con perros; esta prueba ha demostrado tener un valor predictivo positivo bajo, pero un valor predictivo negativo elevado, y en un artículo de revisión reciente se concluyó que, aunque puede ser útil para seleccionar las fuentes de proteínas en una dieta de eliminación, no se puede utilizar para diagnosticar RCAA 2. Por tanto, es poco probable que estas pruebas sean útiles para el diagnóstico de RCAA en gatos.

Análisis de pelo y saliva

Los estudios han demostrado que los análisis de pelo y saliva no son reproducibles, puesto que en muestras duplicadas de un mismo animal se han obtenido distintos resultados 13. Además, estas pruebas no permiten diferenciar los perros alérgicos de los no alérgicos, ni las muestras inertes (p. ej., fibras de un oso de peluche) de las vivas 13. En estudio reciente se evaluó la especificidad, la sensibilidad y el valor predictivo positivo y negativo del test de saliva y se encontró que, en general, los resultados eran demasiado bajos como para recomendar su uso para el diagnóstico de RCAA 2

Prueba con la dieta de eliminación

La única prueba que ha demostrado ser fiable en el diagnóstico de reacción adversa al alimento es la prueba con una dieta de eliminación 10. La teoría es que al eliminar de la dieta el agente que provoca la reacción, se debería producir una mejoría de los signos clínicos, aunque uno de los aspectos más complicados consiste en la identificación del agente que provoca la aparición de signos clínicos en un animal individual. En un estudio reciente, mediante pruebas de provocación con ingredientes individuales, se encontró que los ingredientes con mayor probabilidad de desencadenar una reacción adversa en los gatos fueron la ternera, el pescado y el pollo 2, y en una dieta de eliminación, idealmente, se deberían evitar estos ingredientes. 

La confirmación de la reacción adversa al alimento es un proceso que consta de varios pasos (Recuadro 1). Primero, el gato debe recibir la dieta de eliminación durante un periodo de tiempo determinado y mostrar una mejoría de los signos clínicos. En una revisión reciente de estudios publicados se llegó a la conclusión de que hasta el 90% de los gatos con diagnóstico de RCAA experimenta una remisión de los signos clínicos en un período de 8 semanas, por lo que la recomendación actual es que la dieta de eliminación dure como mínimo este tiempo, con el objetivo de maximizar la probabilidad de identificar correctamente un animal afectado 14. Para confirmar que la dieta ha sido la responsable de la remisión de los signos clínicos, se debe realizar una “provocación” incorporando a dicha dieta algo del alimento previamente consumido. La mayoría de los gatos con una reacción adversa al alimento muestran una exacerbación de los signos clínicos en 2-3 días, pero se han descrito algunos casos en los que son necesarios hasta 14 días 6. Algunos animales pueden mejorar con la dieta de eliminación y, sin embargo, no empeorar al realizar la provocación con el alimento anterior, y en estos casos, la mejoría inicial puede atribuirse a otros tratamientos, como al control de pulgas, al tratamiento de infecciones secundarias, a la mejor calidad de ácidos grasos y proteínas de la dieta de eliminación, o al cambio de estación del año 2. Si el gato empeora cuando se expone a la alimentación anterior, se debe volver a administrar exclusivamente la dieta de eliminación. Si los signos clínicos mejoran como consecuencia del cambio de dieta, el diagnóstico de RCAA queda confirmado. Para identificar al alérgeno causante específico, se pueden añadir diferentes alimentos cada semana o quince días, observando al animal para detectar cualquier exacerbación de los signos clínicos. 

Diagrama de flujo para el diagnóstico de reacciones cutáneas adversas al alimento en gatos (RCAA). El procedimiento diagnóstico comienza con una dieta de eliminación de más de 8 semanas. Si se observa una mejoría de los signos clínicos se reintroduce el alimento habitual anterior y si los signos reaparecen se repite la dieta de eliminación. La mejoría de los signos clínicos confirma la RCAA. Si no hay mejoría, la RCAA se considera poco probable.

Recuadro 1. Diagrama de flujo sobre el procedimiento diagnóstico recomendado para la RCAA. 

Las tres opciones para elegir una dieta de eliminación incluyen una dieta casera utilizando una fuente novel de proteínas y otra de carbohidratos, una dieta comercial con proteína novel o una dieta comercial con proteína hidrolizada.

La dieta casera, como dieta de eliminación, ofrece la oportunidad de evitar la posible presencia de ingredientes que pueden resultar confusos (p. ej., almidón de maíz, subproductos, etc.) 1. Aunque en un estudio retrospectivo se ha indicado que estas dietas tienen una mayor sensibilidad para el diagnóstico de RCAA en el gato 6, es necesario obtener un historial alimentario exhaustivo para garantizar que la fuente de proteínas y de carbohidratos sea realmente novel (que nunca se haya consumido antes). Las dietas caseras son más laboriosas de preparar y es necesario consultar con un nutricionista veterinario para garantizar que sean equilibradas y evitar cualquier suceso adverso asociado a deficiencias nutricionales. Por consiguiente, para evitar estas posibles complicaciones, los veterinarios y propietarios pueden preferir una dieta comercial de prescripción veterinaria para realizar la prueba de eliminación. 

Determinadas dietas comerciales con proteína novel son una buena alternativa, especialmente cuando el propietario no quiere, o no puede, cocinar para su mascota. Al igual que con las dietas caseras, es importante obtener un historial alimentario completo para evitar elegir una fuente de proteína a la que el gato haya estado expuesto previamente. Sin embargo, el tipo de alimento comercial también se debe tener en cuenta; a veces, los propietarios creen que pueden utilizar alimentos “de venta libre” (y no “de prescripción veterinaria”) que en sus envases anuncian tener “ingredientes limitados” o “proteína novel”, pero muchos de ellos no se han sometido a controles que garanticen su pureza y se ha demostrado que contienen ingredientes que no figuran en la etiqueta 15. Estos ingredientes no identificados o contaminantes pueden anular los beneficios esperados de cambiar la fuente principal de proteínas, puesto que los animales pueden ser sensibles a ellos 15. Incluso en los alimentos crudos comerciales se ha encontrado este tipo de problemas relacionados con el etiquetado 16, por lo que no es aceptable utilizar alimentos de venta libre como dieta de eliminación. Actualmente, solo se debe considerar la realización de una dieta de eliminación con dietas de prescripción veterinaria adecuadas. 

 

 

Darren J. Berger

Los propietarios de gatos con RCAA a veces creen que pueden utilizar alimentos de venta libre que en sus envases anuncian tener “ingredientes limitados” o “proteína novel”, pero muchos de ellos, no se han sometido a controles que garanticen su pureza y se ha demostrado que contienen ingredientes que no figuran en la etiqueta.

Darren J. Berger

 

Un factor adicional que complica la realización de la dieta de eliminación es la reactividad cruzada entre proteínas, documentada en numerosos informes, por lo que encontrar una proteína verdaderamente novel puede ser todo un reto. Se ha demostrado que existen alérgenos comunes entre especies de aves, de manera que el pato, en un animal que anteriormente haya consumido pollo, puede no ser una verdadera fuente de proteína novel 17. También se ha planteado la hipótesis de que exista una sensibilización cruzada entre especies de rumiantes, lo que significaría que, para un animal previamente expuesto a la ternera, el cordero, el venado y el bisonte realmente no sean nuevos para él 18

Por estos motivos, muchos veterinarios utilizan dietas de prescripción con proteína hidrolizada, en las que el proceso de hidrólisis da lugar a segmentos de péptidos lo suficientemente pequeños para evitar la formación de enlaces cruzados con los mastocitos, lo que desencadenaría una respuesta alérgica. En las personas, los alérgenos alimentarios tienen un peso molecular de alrededor de 10-70 kDa 1, pero todavía no se ha determinado el tamaño necesario de los péptidos para minimizar la posibilidad de respuesta alérgica en los animales. Existe la posibilidad de que un animal reaccione a la proteína original si el péptido hidrolizado no es lo suficientemente pequeño, y además se sabe que el tamaño de los péptidos puede variar en función de las diferentes dietas comerciales. En este sentido, en un estudio cruzado con 10 perros con una alergia al pollo reconocida, se compararon dos dietas hidrolizadas con diferentes proteínas y métodos de hidrólisis (pluma de ave intensamente hidrolizada e hígado de ave hidrolizado). Se pidió a los propietarios que puntuaran el nivel de prurito y en 4 de los 10 perros se observó un aumento del prurito con la dieta con hígado de ave hidrolizado, mientras que no se produjo ningún aumento de prurito con la dieta con pluma de ave intensamente hidrolizada 19. Hasta la fecha, no se ha realizado ningún estudio de este tipo en gatos, con el desafío adicional de lograr que las dietas hidrolizadas sean palatables para esta especie. Los péptidos de pequeño tamaño también pueden conllevar el riesgo de desarrollar una diarrea hiperosmótica 20

En algunos estudios recientes se ha cuestionado la capacidad de las dietas con proteínas hidrolizadas de diagnosticar con precisión RCAA en perros y gatos. En el estudio mencionado anteriormente 6 se encontró que el 50% de los gatos que participaron no se pudo diagnosticar con una dieta con proteína hidrolizada, siendo necesaria la dieta casera, pero se trata de un estudio retrospectivo pequeño y se utilizaron diversas dietas de eliminación. En un estudio en el que se evaluó la reactividad de los linfocitos en perros con RCAA frente a proteínas residuales y péptidos (>1 kDa) en dos dietas comerciales con proteínas hidrolizadas, se encontró que las proteínas residuales estimularon la actividad de los linfocitos en aproximadamente el 30% de los casos 21, aunque al ser un estudio in vitro, se desconoce si este hallazgo es clínicamente significativo. No obstante, dado el limitado número de proteínas noveles disponibles, la posible existencia de reacciones cruzadas entre las fuentes de proteínas, y la dificultad de formular y preparar las dietas caseras, las dietas con proteínas hidrolizadas siguen siendo una buena opción como dietas de eliminación. 

Formar al cliente para maximizar el cumplimiento  

Una de las dificultades de la dieta de eliminación es que la realización correcta de esta prueba hasta el final depende de los propietarios. En una encuesta reciente a propietarios de perros se encontró que casi el 60% no siguió estrictamente las indicaciones de la prueba de eliminación, y entre los diferentes motivos se citaron barreras percibidas como el estilo de vida, el coste o la capacidad de administrar fármacos 22. Sin embargo, la probabilidad de seguir correctamente las indicaciones hubiese sido mayor si los propietarios hubiesen tenido más información sobre estas dietas y sobre la RCAA, y esta observación destaca la importancia de la comunicación y de la formación del cliente a la hora de recomendar esta prueba. 

Encontrar una dieta de eliminación que le guste al gato puede ser complicado. Es importante mantener el contacto con los propietarios durante la realización de la prueba y controlar los hábitos alimentarios de la mascota, puesto que los gatos con anorexia pueden desarrollar problemas como la lipidosis hepática 2. Pueden ser necesarios varios intentos hasta encontrar una dieta adecuada para la realización de la prueba. En hogares con varios gatos, puede ser complicado administrar la dieta de eliminación únicamente al gato afectado. Las dietas comerciales de prescripción veterinaria están bien equilibradas y correctamente etiquetadas para el mantenimiento de los gatos adultos y, por tanto, se pueden utilizar para todos los gatos del hogar. Si los propietarios quieren limitar el coste económico y administrar la dieta únicamente al gato afectado, se puede separar al gato mientras come o se puede utilizar un comedero automático con un microchip, que únicamente se abra para un individuo en concreto. 

Control del prurito

Tal y como se ha indicado anteriormente, algunos animales pueden tardar hasta 8 semanas en mostrar una mejoría de los signos clínicos. En un estudio reciente en perros con prurito no estacional se observó que el tratamiento inicial con glucocorticoides a dosis antiinflamatorias durante un mínimo de dos semanas, podía acortar la duración de la prueba de dos a cuatro semanas 23. La disminución del prurito al inicio de la dieta de eliminación también puede contribuir al cumplimiento por parte del propietario, ya que se aprecia una mejoría antes de finalizar la prueba.
 

Pronóstico a largo plazo

El enfoque general para el diagnóstico y el tratamiento de la RCAA básicamente consiste en excluir otros diagnósticos diferenciales que también podrían ser responsables de los signos clínicos y realizar correctamente la prueba con una dieta de eliminación, para, posteriormente, garantizar la eliminación a largo plazo del alérgeno provocador. Controlar la dieta es la estrategia de elección a largo plazo para el tratamiento de una RCAA confirmada. En caso de utilizar una dieta casera como dieta de eliminación, es importante asegurarse de que esté equilibrada para su uso a largo plazo. Puede ser necesario consultar con un nutricionista veterinario para que formule una dieta casera equilibrada, o realizar una prueba con una dieta de prescripción con proteína novel o proteína hidrolizada sin el alérgeno provocador. En un estudio se encontró que hasta el 50% de los pacientes que mejoraron con una dieta casera no se pudieron controlar con una dieta comercial sin la reaparición de signos clínicos 6, lo que llevó a suponer que en la dieta comercial existía algún componente al que reaccionaron los gatos, ya fuera un aditivo, un subproducto o la manera en la que las proteínas se desnaturalizaron durante la cocción. Aunque es posible que, con el tiempo, el gato desarrolle una nueva sensibilidad alimentaria, esto parece ser bastante poco frecuente y los casos reportados son raros 7. Por tanto, encontrar una dieta equilibrada casera o comercial con la que se mantengan en remisión los signos clínicos probablemente lleve al control de la RCAA a largo plazo.

Si se presentan nuevos signos cutáneos en un gato diagnosticado previamente de RCAA es probable que se trate de una dermatitis concomitante, ya sea por dermatitis alérgica por pulgas o por hipersensibilidad no inducida por pulgas ni alimentos. De hecho, la dermatitis por hipersensibilidad no inducida por pulgas ni alimentos y RCAA concomitantes es más frecuente en el gato que la atopia y la RCAA concomitantes en el perro 24, y en un estudio se ha reportado que hasta un 50% de los gatos con RCAA también fueron diagnosticados de hipersensibilidad no inducida por pulgas ni alimentos 6. Para descartar cualquier causa que imite un proceso alérgico puede ser útil realizar la misma evaluación diagnóstica inicial que la de la RCAA.

Conclusión

Aunque la prevalencia general de la RCAA es baja en el gato, esta enfermedad se debe incluir en la lista de diagnósticos diferenciales de cualquier animal con una historia clínica de lesiones cutáneas o prurito no estacionales, con o sin signos gastrointestinales concomitantes. El único método de diagnóstico que ha demostrado ser fiable para diagnosticar con precisión una RCAA es la prueba con una dieta de eliminación adecuada durante un mínimo de 8 semanas, posiblemente junto con la administración oral de esteroides para disminuir el prurito al inicio de la prueba. Una vez confirmada la RCAA, el tratamiento de elección consiste en evitar el alérgeno provocador y, en caso de producirse una exacerbación del prurito, es más probable que se deba a una enfermedad concomitante que a una nueva reacción adversa al alimento. 

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Sarah E. Hoff

Sarah E. Hoff

Sarah E. Hoff, Universidad Estatal de Iowa, Facultad de Medicina Veterinaria, EE. UU. Leer más

Darren J. Berger

Darren J. Berger

Darren J. Berger, Universidad Estatal de Iowa, Facultad de Medicina Veterinaria, EE. UU. Leer más

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