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Veterinary Focus

Número de edición 30.3 Otros artículos científicos

Envejecimiento y fragilidad en el perro

Fecha de publicación 26/11/2020

Escrito por Frank Peron y Sara Hoummady

Disponible también en Français , Deutsch , Italiano y English

La comprensión del envejecimiento canino está avanzando a pasos agigantados; en este artículo, los autores describen cómo evaluar si un perro pertenece a la categoría de “frágil” y cómo los veterinarios podemos ayudarlo en esta situación.

Envejecimiento y fragilidad en el perro

Puntos Clave

El “síndrome de fragilidad” es una fase comprendida entre el envejecimiento normal y el patológico, siendo esencial su detección lo antes posible.


Recientemente se han desarrollado dos métodos sencillos para evaluar la fragilidad canina en la clínica veterinaria.


La población de mascotas está envejeciendo y el campo de la geriatría veterinaria está cobrando cada vez una mayor importancia.


El tratamiento de la fragilidad incluye un seguimiento veterinario frecuente, una valoración nutricional que garantice una dieta apropiada y una adaptación adecuada del entorno.


Introducción

El envejecimiento es un tema de actualidad en investigación científica, en los medios de comunicación y en medicina, tanto humana como veterinaria. La creciente importancia de los animales de compañía en nuestra sociedad ha dado lugar a un aumento de la población de nuestras mascotas, y, por tanto, a un mayor número de animales geriátricos; por ejemplo, según una encuesta, la población de perros de 12 años o más en Francia ha aumentado más de un punto porcentual en un periodo de dos años, pasando de un 14,5 % de la población en el 2012 a un 15,8% en el 2014 1. En veterinaria hay una necesidad incuestionable de satisfacer las necesidades de la población geriátrica, así como de desarrollar procedimientos específicos para cada especie que permitan valorar el estado de estos pacientes. Afortunadamente, como los perros se utilizan cada vez más como modelo para el estudio del envejecimiento humano, ahora disponemos de protocolos que se pueden adaptar a la medicina geriátrica veterinaria.

1 https://www.facco.fr

¿Qué es el “envejecimiento”?

El envejecimiento es un proceso fisiológico normal y multifactorial que se ha definido como “un declive y deterioro de las propiedades funcionales a nivel celular, tisular y orgánico. Esta reducción de las propiedades funcionales conlleva una pérdida de la homeostasis y una menor capacidad de adaptación frente al estrés interno y externo, que se traduce en una mayor vulnerabilidad a las enfermedades y una mayor mortalidad ” 1. Sin embargo, existen diferencias entre el envejecimiento biológico y el cronológico. El envejecimiento biológico, también llamado “senescencia”, es un proceso que afecta a todos los individuos de una especie dada, pero a un ritmo diferente 2. El “envejecimiento cronológico” representa el transcurso del tiempo 3, y es a lo que nos referimos cuando hablamos de la “edad del perro”. Este artículo se centra en el envejecimiento canino desde el punto de vista biológico.

¿Qué es un perro “viejo”?

Al igual que en medicina humana, en veterinaria, es difícil que exista un consenso sobre la definición de etapa geriátrica. Aunque hay diferentes factores implicados (la raza, el tamaño corporal adulto, etc.), podemos identificar dos etapas: una “pre-geriátrica” y otra “geriátrica” (o “sénior” según las guías de la AAHA) 4. Es fundamental instaurar las medidas preventivas desde la primera etapa de envejecimiento, aunque esta etapa pre-geriátrica no esté tan bien definida como la sénior/geriátrica. Un estudio de revisión definió el inicio de la etapa pre-geriátrica según el peso corporal: si el peso medio de adulto de una raza era superior a 22,7 kg, se consideraba pre-geriátrico a los 6-8 años de edad, mientras que si su peso era inferior a dicha cifra, alcanzaba dicha etapa a los 7-10 años 5. La etapa sénior/geriátrica se ha definido como el último 25% de la esperanza de vida estimada para una raza determinada 4. Según esto, un Labrador entraría en la etapa geriátrica a los 9 años de edad, aunque su etapa pre-geriátrica comenzaría a los 6 años.

Estas definiciones están totalmente basadas en el envejecimiento cronológico, pero los perros experimentan diversos cambios que pueden afectar a su senescencia, ya que los animales mayores presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como cardiopatías, enfermedad renal, trastornos hormonales y tumores 6. Existen pocos datos sobre los factores de riesgo de mortalidad en perros pre-geriátricos y geriátricos, pero en un estudio retrospectivo en perros de trabajo en estas etapas se encontraron algunos posibles indicadores: la raza, el aumento de la concentración de alanina aminotransferasa (> 102 UI/l) y la presencia de tumores cutáneos estaban relacionados con el tiempo de vida restante 7.

Entre los cambios asociados a la edad que se consideran “normales” y afectan al aspecto del perro se encuentra la aparición de canas en el hocico. © Sara Hoummady

Figura 1. Entre los cambios asociados a la edad que se consideran “normales” y afectan al aspecto del perro se encuentra la aparición de canas en el hocico. © Sara Hoummady

Aunque la geriatría veterinaria todavía sigue siendo un campo nuevo, algunos conceptos esenciales ya han empezado a emerger, como la definición de envejecimiento saludable frente al patológico. El envejecimiento saludable en el perro se ha definido como “la ausencia de enfermedades clínicamente aparentes” y “con cambios asociados a la edad que no afecten negativamente a la calidad de vida” 4. Algunos cambios asociados a la edad pueden considerarse “saludables”; como la aparición de canas en el hocico, el adelgazamiento leve de la piel (Figura 1), la esclerosis moderada del cristalino e incluso una ligera disminución de los niveles de actividad (Tabla 1) 4 8.

  • Encanecimiento del pelaje
  • Presencia de lipomas estables
  • Leve adelgazamiento del manto y de la piel
  • Sarro dental sin enfermedad periodontal
  • Pérdida moderada de la audición
  • Esclerosis del cristalino sin disminución de la visión
  • Cambios sensoriales moderados sin afectar a la calidad de vida
  • Valores de la bioquímica sanguínea dentro de los límites de referencia en animales geriátricos.
  • Osteoartritis moderada o ausente
Tabla 1. Lista de algunos signos de “envejecimiento saludable” en perros pre-geriátricos y geriátricos (Adaptado de ( 2 )).

Un signo frecuente de envejecimiento “no saludable” es la demencia canina, propiamente llamada disfunción cognitiva canina (DCC). Este síndrome neuro-comportamental es un claro ejemplo de los cambios que afectan a la calidad de vida del perro, que pueden resumirse mediante el acrónimo DISH, del inglés Disorientation (desorientación), dysfunction in Interactions (disfunción en las interacciones), Sleep (sueño alterado), Housetraining (y eliminación inadecuada). Los animales afectados pueden presentar alteraciones en los patrones de actividad, discapacidad para el aprendizaje y alteraciones en las interacciones sociales o en los patrones de sueño, tal y como se muestra en la (Tabla 2). A pesar de la reciente investigación, esta patología sigue infradiagnosticándose 4, pero gracias al mayor interés de las últimas décadas por los animales pre-geriátricos y geriátricos se han desarrollado nuevas herramientas de evaluación clínica procedentes de medicina humana que se han adaptado al perro, tales como las relacionadas con el concepto de fragilidad.

Desorientación: p. ej., se queda inmóvil frente a una pared, presenta dificultades para encontrar su comida, no recuerda el camino de regreso a casa tras un paseo rutinario.
Alteraciones en las interacciones: p. ej., evita el contacto con los propietarios, otras mascotas o con el entorno, deja de saludar o dar la bienvenida, cambios en la interacción con otras personas.
Alteraciones del ciclo vigilia-sueño; p. ej., se despierta por la noche y duerme durante el día.
Eliminación inapropiada: p. ej., defeca u orina en el sitio donde duerme dentro de casa, sin pedir salir
Cambios en la actividad: p.ej., actividad locomotora repetitiva, pérdida de interés en premios o juegos
Aumento de la actividad motora: p.ej., deambular sin rumbo fijo por la noche
Nuevos temores (respecto a 1 o 2 años antes): p. ej., fobia a lugares normales de la casa, miedo de otros perros
Déficit de memoria: p. ej., pérdida de memoria, incapacidad de realizar una orden aprendida, incapacidad de aprender una nueva orden
Cambios en la personalidad: p. ej., aparecen signos de neurosis o de agresividad
Tabla 2. Signos significativos de disfunción cognitiva canina (Adaptado de ( 25 )).

El “síndrome de fragilidad”

Este concepto proviene de medicina geriátrica humana 9. La definición de “fragilidad” ha evolucionado durante la última década y, actualmente, se considera que es un síndrome asociado a una mayor vulnerabilidad ante factores estresantes 10. Es un estado clínico que resulta del deterioro acumulativo de varios sistemas del organismo y está asociado con el declive acelerado y progresivo de las reservas fisiológicas 11, lo que difiere bastante del envejecimiento normal. Por tanto, la fragilidad se puede definir 12 como:

  • Una capacidad limitada para mantener la homeostasis
  • Un estado clínico de vulnerabilidad biológica asociada a la edad frente al estrés
  • Una disminución de la masa y calidad del músculo esquelético
  • Alteraciones hormonales e inflamatorias

Desde un punto de vista práctico, la fragilidad está relacionada con la mortalidad o comorbilidad (presencia simultánea de dos o más enfermedades) 13 y es independiente del envejecimiento cronológico 14. La fragilidad es, además, reversible, puesto que es un estado transitorio entre el envejecimiento normal y la discapacidad funcional 10. Sin embargo, la fragilidad puede suponer un círculo vicioso, iniciado por múltiples factores como la baja actividad física, el desequilibrio nutricional, la comorbilidad o factores ambientales. Desde una perspectiva clínica, se puede observar sarcopenia, debilidad o agotamiento que conllevan evitar la actividad física; esta espiral negativa podría haberse iniciado por otros factores, como la inflamación crónica y la disfunción hormonal. Este síndrome se ha asociado con alteraciones metabólicas, aumento de citoquinas inflamatorias (p.ej., IL-6; CRP, TNF-Alfa) 14 15 o desregulación hormonal (p.ej., Vitamina D, DHEA). Todavía no se conocen bien las rutas fisiopatológicas de la fragilidad, pero el término “síndrome de fragilidad” está ampliamente extendido para designar a los individuos de edad avanzada con un mayor riesgo de presentar un pronóstico desfavorable.

En geriatría humana existen dos métodos para evaluar la fragilidad. Ambos tienen una capacidad apropiada para predecir la mortalidad en pacientes de edad avanzada 16. El primero de ellos es un modelo fenotípico desarrollado para su uso clínico que identifica cinco factores básicos 13;

  • Déficit en la fuerza de prensión
  • Lentitud de la marcha
  • Bajo nivel de actividad física
  • Poca energía o sensación de agotamiento
  • Pérdida involuntaria de peso

Mediante este método, los pacientes se clasifican como “no-frágiles” (si ninguno de estos factores es anormal), “pre-frágiles” (cuando 1 o 2 factores son anormales) o “frágiles” (si 3 o más factores son anormales). Sin embargo, este modelo no tiene en cuenta factores como la cognición, el estado anímico o la fragilidad social 17. Estos factores sí se incluyen en el segundo método, en el que la fragilidad es considerada como la acumulación de déficits, incluyendo las alteraciones cognitivas, el síndrome depresivo, múltiples enfermedades y la malnutrición. Este método utiliza un sistema de puntuación denominado “Índice de Fragilidad”, que permite tener una visión multidimensional de la fragilidad individual, aunque no establece una verdadera distinción entre fragilidad y comorbilidad 18.

Valoración del envejecimiento no saludable en el perro

Ambos métodos se han extrapolado de la medicina humana al campo de la veterinaria canina, considerando la fragilidad como un factor de riesgo de mortalidad en perros de edad avanzada, independientemente de su edad cronológica.

Fenotipo de fragilidad

En un estudio reciente con perros de trabajo (la mayoría Retrievers) se evaluó el fenotipo de fragilidad mediante una hoja de puntuación geriátrica (Tabla 3) 19. Todo animal que presentara en la evaluación dos o más de estas cinco características se consideró frágil, observándose que los perros afectados tenían una mayor probabilidad de fallecer, incluso teniendo en cuenta la edad. Sin embargo, este método solo se ha estudiado, de momento, en un único subgrupo de población (a diferencia del fenotipo de fragilidad en el ser humano) y, a día de hoy, no incluye la realización de una verdadera exploración física. Actualmente se está evaluando un protocolo de evaluación del fenotipo de fragilidad que incluye la exploración física en la École Nationale Vétérinaire de Maison-Alfort (Francia).

Criterio de evaluación
Valoración
Debilidad
Evaluación de la masa muscular (normal o anormal)
Agotamiento
Estimación de la (in)tolerancia al ejercicio, que puede presentarse como cansancio o jadeo marcado 
Baja actividad física Evaluación del nivel de actividad (percibido por el propietario)
Desnutrición crónica Valoración conjunta según la condición corporal, el apetito y la calidad del pelaje; si alguna de estas características es subóptima se considera que existe este criterio
Movilidad deficiente Identificación de marcha anormal o de dolor articular; si alguno de estos signos está presente se considera que existe este criterio
Tabla 3. Hoja de puntuación geriátrica para la valoración del fenotipo de fragilidad en perros ( 19 ).

Sara Hoummady

La fragilidad está asociada a la mortalidad o a la comorbilidad. Es independiente de la edad cronológica y, al suponer un estado transitorio entre el envejecimiento normal y la discapacidad funcional es, además, reversible.

Sara Hoummady

Índice de fragilidad

1. Necesita ayuda para levantarse
2. Apetito disminuido
3. Necesita ayuda para comer
4. Incontinencia
5. Necesita ayuda para subir escaleras
6. Disminución de la actividad en el último año
7. Reducción de la capacidad cognitiva
8. Reducción de la vitalidad en el último año
9. Debilidad durante el ejercicio
10. Defectos congénitos
11. Pérdida de peso (no asociada al alimento o ejercicio)
12. Opacidad del pelo
13. Tratamientos crónicos
14. Epilepsia
15. Episodios de desorientación
16. Enfermedad infecciosa crónica
17. Enfermedad endocrina
18. Inflamación crónica
19. Problemas vasculares agudos
20. Cáncer
21. Diabetes
22. Osteoartrosis
23. Déficit auditivo
24. Cardiomiopatía
25. Enfermedad respiratoria crónica
26. Hepatopatía
27. Déficit neurológico
28. Enfermedad de la cavidad oral
29. Déficit en la visión
30. Enfermedad digestiva crónica
31. Enfermedad del sistema hematopoyético
32. Enfermedad dermatológica
33. Enfermedad renal crónica
Del 1-21 la valoración es No (0 puntos) o Sí (1 punto); del 22-33 la valoración es No (0 puntos), Leve (0,5 puntos) o Grave (1 punto). El índice de fragilidad se obtiene sumando toda la puntuación y dividiendo el resultado entre 33. El estado de fragilidad comienza con una puntuación de 0,25.
Tabla 4. Factores para valorar el Índice de Fragilidad en el perro (adaptado de ( 19 )).

Este método recientemente se ha adaptado a la especie canina y se ha probado en un grupo de individuos más amplio (perros mayores de 2 años y de diversas razas) 20. Consiste en la valoración de 33 posibles déficits de salud con su correspondiente puntuación, tal y como se muestra en la (Tabla 4); el resultado final (comprendido entre 0 y 1) indica el estado del perro, siendo 0,25 el inicio del estado de fragilidad. El estudio concluye que los perros con una puntuación superior a dicho límite deberían ser revisados con más frecuencia en la clínica veterinaria.

Estas herramientas de evaluación son poco costosas y pueden facilitar un seguimiento estandarizado de los pacientes frágiles, o en riesgo de serlo. No obstante, realmente no se valoran los aspectos cognitivos del envejecimiento, por lo que en caso de utilizar uno de estos dos métodos para evaluar la fragilidad de un perro, también se debería incluir la evaluación de las habilidades cognitivas en las consultas geriátricas rutinarias.

Evaluación de la disfunción cognitiva

Solo puede establecerse un diagnóstico de disfunción cognitiva canina (DCC) tras descartar otras posibles causas patológicas (p.ej., epilepsia, hipotiroidismo, dolor articular), puesto que los signos clínicos de estas enfermedades pueden ser similares. En la clínica, puede valorarse el estado cognitivo del animal mediante diversos cuestionarios; uno de los más utilizados es el basado en una escala de valoración CCDR (del inglés Canine Cognitive Dysfunction Rating scale), descrito en la (Tabla 5) 21. Con esta herramienta se evalúan 13 factores relacionados con alteraciones de comportamiento, cada factor con su correspondiente puntuación, dependiendo de la frecuencia de cada comportamiento. La puntuación máxima es 80, pero cualquier perro con una puntuación superior a 50 probablemente tenga DCC.

1. ¿Con cuánta frecuencia tu perro va y viene, anda en círculos y/o deambula sin rumbo o propósito determinado?
2. ¿Con cuánta frecuencia tu perro se queda mirando fijamente la pared o el suelo?
3. ¿Con cuánta frecuencia tu perro se queda bloqueado detrás de objetos y no es capaz de rodearlos?
4. ¿Con cuánta frecuencia tu perro se olvida y no reconoce a familiares o mascotas?
5. ¿Con cuánta frecuencia tu perro choca contra paredes o puertas como si quisiera atravesarlas?
6. ¿Con cuánta frecuencia tu perro se aleja cuando le quieren acariciar o evita que lo hagan?
7. ¿Con cuánta frecuencia tu perro tiene dificultades para encontrar la comida que se ha caído al suelo?
8. Respecto a hace 6 meses, ¿tu perro camina ahora yendo y viniendo, en círculos y/o sin rumbo o propósito?
9. Respecto a hace 6 meses, ¿tu perro se queda ahora mirando fijamente a las paredes o el suelo?
10. Respecto a hace 6 meses, ¿tu perro está empezando a orinar o defecar en sitios donde antes no lo hacía? (si tu perro nunca ha defecado/orinado en casa, marca la opción “igual”)
11. Respecto a hace 6 meses ¿tu perro tiene dificultades para encontrar la comida que se ha caído al suelo?
12. Respecto a hace 6 meses ¿tu perro ha dejado de reconocer a familiares o mascotas?
13. Respecto a hace 6 meses ¿cuál es la actividad de tu perro?

Para las preguntas 1 a 6, las respuestas son “Nunca” (1 punto), “Una vez al mes” (2 puntos), “Una vez a la semana” (3 puntos), “Una vez al día” (4 puntos), “> de una vez al día” (5 puntos).
Para la pregunta 7, las respuestas son “Nunca” (1 punto), “1-30% del tiempo” (2 puntos), “31-60% del tiempo” (3 puntos), “61-99% del tiempo” (4 puntos), “Siempre” (5 puntos).
Para las preguntas 8 a 12, las respuestas son “Mucho menos” (1 punto), “Ligeramente menos” (2 puntos), “Igual” (3 puntos), “Ligeramente más” (4 puntos), “Mucho más” (5 puntos). La puntuación de la pregunta 11 se debe multiplicar por 2 y la puntuación de la respuesta 12 se debe multiplicar por 3.
Para la pregunta 13, las respuestas son “Mucho más” (1 punto), “Ligeramente más” (2 puntos), “Igual” (3 puntos), “Ligeramente menos” (4 puntos), “Mucho menos” (5 puntos).

Todos los puntos se suman para obtener la puntuación del perro; la puntuación máxima es 80, pero cualquier puntuación superior a 50 es indicativa de DCC.
Tabla 5. Escala de valoración de la disfunción cognitiva canina ( 20 ).

Durante estas consultas también es recomendable evaluar el dolor asociado a la osteoartrosis, lo que puede realizarse fácilmente en la clínica mediante un cuestionario validado como el Canine Brief Pain Inventory 2 (breve inventario del dolor).

2 www.vet.upenn.edu/docs/default-source/VCIC/canine-bpi-user%27s-guide-2017-07

Cuidados del paciente geriátrico en la práctica clínica

La fragilidad y la DCC deben valorarse tan pronto como los signos sean evidentes, lo que permitirá una mejor observación del paciente y detectar la posible progresión de su estado. Por tanto, se ha sugerido que en la clínica veterinaria se implementen diferentes pasos para brindar los cuidados adecuados a los pacientes de edad avanzada (Tabla 6).

 

Criterios de evaluación
Herramientas sugeridas
Personal
Fragilidad
Fenotipo de fragilidad 19
5 min
Índice de fragilidad 20
10 min
Veterinario
 
Veterinario
 
Evaluación cognitiva canina
Cuestionario CCDR
5 min
(en la sala de espera)
Auxiliar
ICM
Puntuación de la WSAVA
2 min
Veterinario
ICC
Puntuación de la WSAVA
2 min
Veterinario
Evaluación del entorno
10 min
(en la sala de espera)
Auxiliar
Evaluación clínica general 10 min
Veterinario
Evaluación nutricional
Calculadora de la ración alimentaria
10 min
Veterinario y auxiliar
Análisis de sangre
Con equipamiento de la propia clínica
30 min
Veterinario
Análisis de orina
Con equipamiento de la propia clínica
15 min
Veterinario
Evaluación del dolor asociado a la osteoartritis
Canine Brief Pain inventory 3, Índice Helsinki del dolor crónico 4
5 min
(en la sala de espera)
Auxiliar
Quality of life
Escala HHHHHMM/App Grey muzzle
5 min
(en la sala de espera)
Auxiliar
Tabla 6. Criterios de evaluación para la exploración de perros pre-geriátricos o geriátricos y posibles herramientas útiles. 

 

3 http://www.vet.upenn.edu/docs/default-source/VCIC/canine-bpi-user%27s-guide-2017-07
4 https://www.fourleg.com/media/Helsinki%20Chronic%20Pain%20Index.pdf

Consultas de seguimiento frecuentes

Se recomienda realizar una exploración geriátrica rutinaria anual a todos los perros clasificados como pre-geriátricos 22, mientras que las revisiones deberían ser como mínimo semestrales en el caso de los perros geriátricos o trimestrales si se trata de pacientes frágiles 4. Esto conlleva la valoración de la fragilidad, de la función cognitiva (mediante la escala CCDR) y la realización de pruebas laboratoriales. A los perros geriátricos asintomáticos se les debería realizar un perfil bioquímico básico (urea, creatinina, calcio total, proteínas totales, albúmina, colesterol, bilirrubina, alanina aminotransferasa y fosfatasa alcalina séricas) cada 6 meses 4 22 o con mayor frecuencia si fuera necesario. Si es posible, también se debería realizar un análisis de orina, la determinación de los niveles de glucosa en sangre y un hemograma. Para facilitar las recomendaciones del veterinario también puede ser útil que el propietario responda a un cuestionario (que puede cumplimentarse en la sala de espera) sobre el entorno y los hábitos del perro.

Evaluación nutricional y recomendaciones

La valoración nutricional debería ser una parte esencial de todas las consultas geriátricas. Para cada paciente debería elaborarse una curva de peso desde el nacimiento registrando el peso corporal, el índice de condición muscular (ICM) y el Índice de condición corporal (ICC), siguiendo el sistema creado por la WSAVA. El objetivo es reconocer el inicio de la sarcopenia, aunque, a veces, esto puede ser complicado, ya que la pérdida de masa muscular puede estar enmascarada con el aumento de masa grasa. La evaluación del ICM incluye la palpación de las vértebras lumbares, huesos temporales, huesos escapulares y huesos pélvicos 4. Se debería percibir tanto la obesidad como la pérdida de peso.

Es esencial evaluar el aporte nutricional y energético de la ración diaria. Lo ideal es obtener un historial alimenticio detallado y valorarlo con una calculadora de racionamiento, aunque su análisis con un programa informático específico es aún más detallado. Los perros pre-geriátricos y geriátricos tienen unas necesidades especiales y siempre se debe recomendar una nutrición adecuada para ellos 23. De hecho, la sarcopenia y la malnutrición son elementos clave del círculo vicioso de la fragilidad. Las necesidades proteicas del perro pueden aumentar con el envejecimiento y el aumento de la degradación proteica a menos que presente enfermedad renal crónica (ERC) u otras patologías. Por tanto, la calidad de las proteínas debe ser óptima (mediante alimentos comerciales o caseros recomendados por un nutricionista), pudiendo ser útiles las proteínas hidrolizadas. Un estudio recomienda que el 25% del aporte calórico para perros sanos de edad avanzada proceda de proteínas de buena calidad 24, pudiendo aumentar este porcentaje en caso de sarcopenia siempre que no exista ninguna contraindicación para ello (como en el caso de ERC). Cabe señalar que las dietas tipo BARF (con alimentación cruda) no están recomendadas en perros pre-geriátricos y geriátricos.

En perros de edad avanzada, el aporte de fósforo debería reducirse (el objetivo es una dieta con 0,3-0,7% de fósforo sobre materia seca, es decir, un máximo de alrededor de 1,6 g/1000 kcal), mientras que es recomendable la suplementación con ácidos grasos omega-3 como el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico) para el dolor articular. Para la osteoartrosis canina se ha recomendado un nivel de 2,5 g/1000 kcal de ácidos grasos omega-3 de origen marino 24, siendo necesario, en la práctica, aportar al menos 2 g/1000 kcal. Estos ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) tienen una acción antiinflamatoria, lo cual es importante puesto que la fragilidad está asociada a la inflamación. Sin embargo, la mayoría de las recomendaciones se han extrapolado de medicina humana al no existir, por el momento, ningún estudio en perros asociando la nutrición con la fragilidad 25. También es importante garantizar el aporte diario adecuado de vitaminas y minerales, y siempre se debe administrar una fuente suplementaria de estos nutrientes cuando la alimentación sea casera.

Como la disfunción cognitiva forma parte de la fragilidad, también se debe tener en cuenta este aspecto en la nutrición; se recomienda la suplementación con antioxidantes en perros con DCC (por lo que la dieta debe suplementarse según sea necesario) junto con el enriquecimiento ambiental (tal y como se menciona más adelante) 23 26. Recientemente, se ha demostrado que la utilización de triglicéridos de cadena media como fuente alternativa de energía para el cerebro puede ser una buena estrategia nutricional para la disfunción cognitiva 26. En perros con signos de DCC también puede ser útil la administración de ciertos fármacos, incluyendo la selegilina (0,5-1 mg/kg PO cada 24h por la mañana) y la propentofilina (2,5-5 mg/kg PO cada 12h) 26. Antes de administrar este tipo de fármacos, es importante recordar que el veterinario siempre debe considerar los posibles riesgos para el paciente, como la presencia de otras enfermedades concomitantes.

Manejo del entorno y estimulación cognitiva

El entorno y la calidad de vida que proporcione el propietario son importantes para el perro con fragilidad. Se debe fomentar la actividad y, generalmente, los paseos (cuya duración dependerá del estado clínico del perro) (Figura 2). El ejercicio se puede adaptar según sea necesario (paseos cortos y poco intensos o natación) para ayudar a mantener la masa muscular.
Franck Péron

La sarcopenia y la malnutrición desempeñan un papel clave en el círculo vicioso de la fragilidad… los perros pre-geriátricos y geriátricos tienen necesidades especiales y, por tanto, se debe recomendar una nutrición adecuada a todos los perros que se encuentren en dichas etapas de la vida.

Franck Péron

La estimulación sensorial y la motivación cognitiva se pueden lograr ofreciendo estimulaciones olfativas o táctiles, con juguetes dispensadores de alimento (p.ej., tipo puzle – (Figura 3)), mediante interacciones positivas (como sesiones de juego con el propietario o interacciones sociales con otros perros) y con el aprendizaje continuo. También pueden ser beneficiosos los paseos por lugares nuevos para explorar. Puede ser útil proporcionar diversos lugares para dormir, pero se debe evitar cambiar con frecuencia el sitio donde dormir y comer. Al mismo tiempo es esencial crear un entorno seguro y predecible para el perro; esto se puede conseguir manteniendo un horario establecido de comidas y paseos y evitando ruidos estresantes 26. Se debe hablar regularmente con el propietario sobre la calidad de vida del perro y existen herramientas como la escala HHHHHMM (se puede descargar el PDF a continuación) o recursos informáticos (como el cuestionario VetMetrica o la aplicación “Grey Muzzle”), que ayudan a valorar lo afectado que está el perro por la edad o su estado corporal, además de contribuir a tomar algunas decisiones en la etapa final de su vida.

El ejercicio es beneficioso para todos los perros, incluyendo los que pertenecen a la categoría de frágiles. No obstante, los paseos deben ser cortos, a ritmo suave y en un terreno llano.

Figura 2. El ejercicio es beneficioso para todos los perros, incluyendo los que pertenecen a la categoría de frágiles. No obstante, los paseos deben ser cortos, a ritmo suave y en un terreno llano. © Shutterstock

A los perros de edad avanzada se les puede proporcionar una estimulación cognitiva beneficiosa con diversos tipos de juguetes y dispensadores de alimento tipo puzle.

Figura 3. A los perros de edad avanzada se les puede proporcionar una estimulación cognitiva beneficiosa con diversos tipos de juguetes y dispensadores de alimento tipo puzle. © Shutterstock

La escala HHHHHMM en pdf

Conclusión

Existe un creciente interés por la veterinaria geriátrica canina y, en particular, por el síndrome de fragilidad. Los sencillos métodos con los que se puede valorar, suponen para el veterinario la oportunidad de ir más allá del envejecimiento cronológico y abordar el envejecimiento biológico de sus pacientes caninos. Ofrecer consultas específicas para adaptar la atención y el tratamiento de los perros de edad avanzada aumenta la fidelidad de sus propietarios y ayuda a los perros a envejecer de forma saludable. Todavía existen muchas cuestiones por resolver, como el impacto del microbioma en la fragilidad canina, pero, en el futuro, los estudios a largo plazo proporcionarán nuevas respuestas a la comunidad veterinaria y ayudarán a lograr un envejecimiento más saludable para nuestros perros.

Agradecimientos: Los autores quieren agradecer a la Dra. Delphine Moniot, Dra. Charlotte Devaux y al Prof. Loïc Desquilbet su ayuda por sus valiosos comentarios.

 

Referencias

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Frank Peron

Frank Peron

El Dr. Péron se graduó en la Ecole Nationale de Maisons-Alfort (París). Estudió cognición animal para luego especializarse en neurociencia, obteniendo su tesis doctoral en la Universidad Oeste de París. Leer más

Sara Hoummady

Sara Hoummady

La Dra. Hoummady se graduó en la Ecole Nationale Vétérinaire de Maisons-Alfort (París), continuando su formación en etología canina y comportamiento en perros de trabajo. Tras ello, se especializó en geriatría canina y realizó el doctorado en el CNRS (Centro Nacional de Francia para la Investigación Científica), para posteriormente dedicarse a la formación sobre nutrición veterinaria en el sector de la alimentación animal. Leer más

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