El collar isabelino en gatos
El collar isabelino se suele utilizar para evitar que el gato con prurito se rasque, pero también puede afectar al bienestar del animal.
Número de edición 31.1 Otros artículos científicos
Fecha de publicación 29/04/2021
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¿Es cierto que existen menos opciones de tratamiento para el prurito en el gato que en el perro? Jay Korbelik nos propone algunas ideas teniendo en cuenta los resultados de estudios clínicos.
Actualmente el diagnóstico de dermatitis atópica felina se basa en una historia clínica y una presentación compatibles y en la exclusión de otras dermatosis pruriginosas.
El gato con prurito puede presentar diversos signos clínicos, incluyendo excoriaciones en la cabeza y/o el cuello, alopecia simétrica autoinducida, dermatitis miliar o lesiones del complejo granuloma eosinofílico.
Las opciones disponibles para el tratamiento de la dermatitis atópica en el gato son limitadas en comparación con las del perro y pueden incluir el uso de fármacos no autorizados para esta especie.
No hay un único tratamiento que sea efectivo para controlar los signos de dermatitis atópica en todos los gatos y a menudo es necesario adoptar un enfoque multimodal.
Los gatos con DH presentan uno o varios de los patrones siguientes: excoriaciones en la cabeza y/o el cuello (Figura 1), alopecia simétrica autoinducida, dermatitis miliar o lesiones del complejo granuloma eosinofílico (Figuras 2 y 3) 1 2. También se han descrito otras presentaciones, como la pododermatitis, el eritema facial, los trastornos seborreicos o la otitis ceruminosa 3 5. Es imposible diferenciar entre las posibles causas de DH en función de la presentación clínica. Aunque en un estudio se encontró que los gatos con HIA tenían mayor probabilidad de presentar lesiones en la cabeza y el cuello, mientras que los gatos con HPP tenían una mayor probabilidad de presentar lesiones en la región dorsal del cuerpo (lomo y cola) 1, si bien este hallazgo no se consideró estadísticamente significativo. En la Figura 4 se muestran las localizaciones más frecuentes de las lesiones según las diferentes causas de DH.
Actualmente la DA felina se diagnostica en base a una historia y una presentación clínica compatibles, excluyendo además otras dermatosis pruriginosas 5. Es especialmente importante que el veterinario descarte la HPP mediante un tratamiento ectoparasiticida adecuado y, si los signos clínicos no son estacionales, también se debe realizar una prueba de eliminación (normalmente, de 8 semanas de duración) para descartar la HIA 5.
Tanto el diagnóstico como el tratamiento de la DA felina pueden resultar complicados y frustrantes, incluso para el veterinario más experimentado, por diversas razones:
• Actualmente no se han establecido unos criterios de diagnóstico clínico de DA felina ampliamente aceptados como los de la DA canina 6.
• Las opciones de tratamiento para la DA felina son limitadas.
• La administración oral de los fármacos puede resultar particularmente complicada en el caso del gato 5.
En este artículo se describirán algunas de las opciones para el tratamiento del prurito asociado a la DA en el gato.
Jay Korbelik
Hay pocos estudios en los que se haya evaluado el uso de antihistamínicos como tratamiento del prurito asociado a la DA felina y existe mucha variación en cuanto a las dosis recomendadas y su eficacia. Generalmente, los antihistamínicos se toleran bien, pero su eficacia es baja 2 16 17. La eficacia de la cetirizina es la que más se ha estudiado; en un estudio se indicó una disminución del prurito en el 41% de los gatos 16, pero en otro estudio solo se observó una respuesta buena en el 6% de los gatos y una respuesta parcial en el 34% de los gatos 2. Sin embargo, no se observó una diferencia estadísticamente significativa, en cuanto a la reducción del prurito, entre los gatos tratados con cetirizina y los que recibieron el placebo 17. En un estudio retrospectivo, se encontró que solo se obtenía una buena respuesta al tratamiento con loratadina en el 5% de los gatos y una respuesta parcial en el 42% de los casos, aunque el número de gatos del estudio era bajo 2. En otro estudio se evaluó la eficacia de clorhidrato de ciproheptadina; el prurito solo se controló satisfactoriamente en el 45% de los gatos 18, y se observaron efectos secundarios (incluyendo polifagia, sedación, vocalización, comportamiento afectivo y vómitos) en el 40% de los animales.
El oclacitinib es un inhibidor de la Janus quinasa que se ha utilizado principalmente para el tratamiento del prurito en perros. A pesar de no estar aprobado en gatos se puede usar en esta especie, aunque los estudios que valoran su eficacia y seguridad son limitados. En un estudio sobre la farmacocinética del oclacitinib se encontró que en el gato se podrían recomendar dosis superiores y más frecuentes para lograr concentraciones sanguíneas similares a las del perro 19. En un estudio se indicó que el oclacitinib redujo el prurito eficazmente en el 51% de los gatos y mejoró las lesiones de DA felina en el 61% de los gatos a dosis de 1 mg/kg cada 12 h 20. La eficacia de este fármaco fue comparable a la de la metilprednisolona en este estudio, siendo ligeramente superior la de la metilprednisolona.
El oclacitinib parece ser bien tolerado por el gato, aunque en un estudio se encontró que, de 14 gatos, 4 mostraron un leve aumento de los parámetros renales tras administrarlo durante 4 semanas 20. En un segundo estudio se evaluó la seguridad de este fármaco en gatos y se observó que a dosis de 2 mg/kg cada 12 h se desarrollaban efectos secundarios en un pequeño porcentaje de casos 21. En gatos tratados con oclacitinib también se observó un leve, pero significativo, aumento de los niveles de fructosamina, aunque se mantuvieron dentro del intervalo de referencia. Se necesitan más estudios para evaluar la seguridad a largo plazo de este tratamiento en gatos.
El maropitant es un antagonista del receptor de neuroquinina-1, indicado para la prevención del vómito y las náuseas en el gato. Se cree que el efecto antipruriginoso y antiinflamatorio se debe a la capacidad de inhibir la unión de la sustancia P con su receptor 22. En un estudio en gatos, se observó que la administración de maropitant a dosis de 2,22 mg/kg cada 24 h durante 4 semanas, consiguió reducir tanto las lesiones clínicas como la puntuación del prurito asociada a la DA en todos los animales excepto en uno 22. La eficacia y la tolerancia del tratamiento fueron valoradas como excelentes o buenas en el 83,3 % de los gatos y el único efecto secundario descrito fue sialorrea autolimitante en un pequeño número de casos.
La PEA es un compuesto lipídico de origen natural que tiene efectos antialérgicos y antiinflamatorios 23 24. Este compuesto se une a los receptores cannabinoides periféricos y regula, reduciendo, la degranulación de los mastocitos 23. En un estudio piloto en gatos con granuloma eosinofílico y placas se demostró que el tratamiento con PEA micronizado durante 30 días dio lugar a una disminución de la gravedad de las lesiones clínicas y de las placas en más del 60% de los casos 23. En un segundo estudio en gatos a los que se les administró PEA ultramicronizado (PEA-um) a una dosis de 15 mg/kg cada 24 h PO de manera simultánea o posterior al tratamiento con un ciclo corto de metilprednisolona, se observó una potenciación del efecto antipruriginoso y un retraso en la aparición de brotes en gatos con DH 24. Se indicó que los gatos permanecieron sin recidivas y sin corticoesteroides durante una media de 6 semanas sin ningún efecto secundario grave, aunque se observaron algunas molestias gastrointestinales.
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El collar isabelino se suele utilizar para evitar que el gato con prurito se rasque, pero también puede afectar al bienestar del animal.
El linfoma cutáneo es una neoplasia rara en el gato, pero potencialmente mortal, por lo que se debe incluir en el diagnóstico diferencial de los pacientes con problemas cutáneos.
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Las lesiones cutáneas localizadas en la región nasal del gato pueden suponer un reto en cuanto al diagnóstico diferencial y al tratamiento.