Introducción
La proteína C reactiva, conocida como CRP por sus siglas en inglés (C-Reactive Protein), es una proteína de fase aguda (PFA), es decir, es una de las proteínas cuya concentración se modifica como respuesta a la inflamación o a la estimulación del sistema inmunitario, independientemente de la causa. La respuesta de la CRP se produce rápidamente y se pueden observar aumentos significativos pocas horas después del estímulo inflamatorio (p.ej., 4 horas después de una intervención quirúrgica) alcanzando concentraciones máximas aproximadamente a las 24 horas. Esta reacción forma parte de la respuesta inmune innata, por lo que es rápida e inespecífica, y puede desencadenarse por cualquier proceso que dañe al organismo 1. Según la experiencia de los autores, después de más de 20 años utilizando mediciones de CRP y ofreciendo servicios externos de análisis en su laboratorio, los veterinarios que utilizan regularmente la CRP consideran que se trata de uno de biomarcadores más importantes de la inflamación. Como parte del perfil analítico rutinario, la prueba de CRP se utiliza en las revisiones de salud regulares, y en el diagnóstico, el seguimiento de tratamientos y la predicción de la evolución de enfermedades inflamatorias. En este artículo se indican los puntos clave para utilizar la CRP en la clínica diaria proporcionando información actualizada y ejemplos prácticos, siguiendo el consenso establecido hace unos años sobre el uso de la proteína C reactiva en animales de compañía basado en siete puntos 1.
Utilizar siempre una prueba validada
Cualquier método que se utilice en la determinación de la CRP debe estar validado para garantizar la fiabilidad de los resultados. Actualmente existen varios fabricantes que ofrecen métodos acreditados y específicos de perros para realizarlos en la propia clínica, además de los servicios externos de laboratorios de patología clínica comerciales. Aunque algunas pruebas de medicina humana pueden no ser adecuadas para perros, existen otras pruebas que se pueden utilizar y representan un método más económico de determinar la CRP 2. En todo caso, siempre es recomendable que la estandarización de la prueba (utilizando proteína purificada o pools de suero de fase aguda) y las muestras de control sean de origen canino.
Para la medición de la CRP se puede utilizar suero, EDTA o plasma heparinizado y, dado que la proteína es bastante estable, las muestras se pueden refrigerar durante varios días o congelar a largo plazo. Es importante conocer el efecto de la hemólisis, la lipemia y la bilirrubinemia en los resultados obtenidos por el método que se está usando, ya que estos factores pueden influir de diferente manera dependiendo del método utilizado. En el laboratorio de los autores, el intervalo de referencia actual para la CRP en perros sanos es 0-12 mg/l, y aunque este rango puede variar entre laboratorios, no suele ser superior a 20 mg/l. La CRP no se ve afectada significativamente por la edad o el sexo, pero en perras gestantes se produce un aumento de la concentración de CRP a los 21 días después de la fecundación, coincidiendo con el momento de la implantación embrionaria.
Se pueden utilizar otras PFA junto con la CRP
Las proteínas de fase aguda que experimentan un aumento de su concentración tras un estímulo inflamatorio se denominan PFA POSITIVAS, mientras que las que disminuyen se denominan PFA NEGATIVAS (Figura 1).
Las PFA positivas se clasifican a su vez en principales y moderadas: en el perro, las PFA principales son la CRP y el amiloide A sérico (SAA). Los niveles de estas proteínas son muy bajos en los animales sanos y su concentración puede aumentar entre 10 y 100 veces cuando se estimulan. Las PFA moderadas incluyen la haptoglobina (Hp), la ferritina y el fibrinógeno. Sus concentraciones aumentan entre 2 y 10 veces tras la estimulación. Las PFA principales muestran un rápido aumento de concentración seguido de un descenso marcado que suele tener lugar en cuestión de horas, mientras que las PFA moderadas tardan más en aumentar y volver a sus niveles normales.
La albúmina y la paraoxonasa-1 (PON-1) son ejemplos de PFA negativas. Durante la inflamación, la concentración sérica de albúmina disminuye. Esto puede deberse a que la albúmina es la proteína más abundante en el suero, y su disminución puede favorecer la síntesis de otras proteínas relacionadas con la inflamación. La PON-1 tiene una función antioxidante y su disminución en los procesos inflamatorios se debe posiblemente al estrés oxidativo asociado.