Prevención de lesiones en los perros de trabajo

Introducción

En el 2016, nos tuvimos que despedir del último perro de trabajo que sirvió en el rescate de víctimas en la Zona Cero del 11S. Situaciones como esa, nos hacen recordar todo lo que confiamos en estos fieles y protectores héroes caninos. En la actualidad, los perros de trabajo (o unidades K-9) se utilizan frecuentemente en labores de búsqueda y rescate, en actuaciones policiales, operaciones militares y en otros ámbitos de seguridad. En el caso de Norteamérica, estos servicios incluyen la Oficina Federal de Investigación, la de Protección de Aduanas y Puestos Fronterizos, la Administración de Seguridad del Transporte, las Fuerzas Armadas Canadienses y el Departamento de Defensa Nacional. Las funciones de los perros de trabajo varían enormemente, pudiendo abarcar desde la vigilancia, el rastreo, la detección (de explosivos, armas de fuego, munición, narcóticos y cadáveres) y la detención de personas, hasta la búsqueda y el rescate de desaparecidos o catástrofes con gran número de víctimas (Figura 1). Los perros de trabajo son miembros muy valiosos de un gran equipo y desempeñan un papel increíblemente importante en la protección y la seguridad de las personas. Debido a su labor diaria y al alto riesgo que supone su trabajo, es indispensable que la atención veterinaria preventiva garantice su seguridad, evite el desarrollo de lesiones y fomente su longevidad.

Enfermedades y riesgos del perro de trabajo

Los perros de trabajo presentan diferentes morfologías y tamaños según su función, existiendo determinadas razas que, por su conformación, son más adecuadas para ciertos tipos de trabajo. Las razas más frecuentes, aunque no las únicas, son el Pastor Alemán, el Pastor Belga Malinois (Figura 2), el Labrador Retriever, el Rottweiler y el Beagle. Algunas enfermedades ortopédicas hereditarias, como la displasia de codo, la displasia de cadera, la degeneración del disco intervertebral, la luxación de rótula y la enfermedad del ligamento cruzado anterior afectan especialmente a estas razas 1. Un estudio sobre la prevalencia de enfermedades musculoesqueléticas en perros de trabajo y asistencia reveló que un alarmante 41% presentaba algún trastorno ortopédico importante 2.

Además, existen otros riesgos para la salud de los perros de trabajo. Los perros que asisten a lugares donde se ha producido una catástrofe a menudo padecen deshidratación y trastornos digestivos, mientras que los perros de búsqueda y rescate suelen sufrir lesiones superficiales (heridas, abrasiones, lesiones en las patas, almohadillas y uñas) debido a las condiciones del entorno 3 4 (Figura 3). Los perros militares y los policías, debido a los requisitos de su trabajo, son más propensos a sufrir estrés emocional y tienen un mayor riesgo de presentar traumatismos muy graves o lesiones por arma.

Lesiones

Las personas que trabajan con perros de trabajo deben ser capaces de tratar problemas generales de naturaleza diversa y de proporcionar cuidados de urgencia si fuera necesario. Aparte de en las enfermedades ortopédicas, su sistema musculoesquelético está afectado en hasta el 14% de las lesiones no relacionadas con combates 5, influyendo en su rendimiento y a la longevidad de su vida en activo. Por ejemplo, en varias encuestas retrospectivas, los entrenadores de perros de agility indicaron que cerca del 30% de los perros de competición habían sufrido al menos una lesión deportiva causada por el contacto inadecuado con objetos y por movimientos incontrolados como girarse, dar vueltas, resbalarse o caerse 6 7. Muchas de estas lesiones afectaban a los tejidos blandos del hombro, la espalda y el cuello como consecuencia de su uso excesivo repetitivo y crónico. Los perros de trabajo realizan su labor en entornos impredecibles, sobre terrenos inestables, con obstáculos diversos y probablemente a gran velocidad, por lo que podrían equipararse a los perros de deporte, presentando lesiones similares causadas por el uso excesivo crónico. A continuación, se describen las lesiones y los problemas más frecuentes en los perros de trabajo.

Lesiones carpales

Las articulaciones del carpo y del hombro sufren el impacto de los saltos. La hiperextensión carpal suele ser una lesión traumática como consecuencia de los saltos desde lugares elevados o del desplazamiento por terrenos irregulares. El carpo es una estructura compleja que mantiene su estabilidad gracias a los ligamentos, los tendones y al fibrocartílago palmar. Los saltos repetitivos aumentan sensiblemente el riesgo de degeneración de estas estructuras de soporte. Por lo tanto, puede ser muy útil controlar la salida de estos perros desde los vehículos donde viajan.

Miopatía fibrótica

Es una enfermedad de los tejidos blandos que da lugar a una cojera mecánica de las extremidades posteriores. Los perros pastores de trabajo parecen ser los más predispuestos, puesto que hay datos que indican que el 90% de los perros afectados son Pastores Alemanes o Belgas, de los que aproximadamente el 40% son perros de defensa 8. Esta enfermedad implica la sustitución del tejido muscular normal por tejido conectivo fibroso que ha perdido su elasticidad, afectando principalmente a los músculos gracilis y semitendinoso (Recuadro 1). Como resultado de la fibrosis se produce una cojera mecánica debida al acortamiento funcional de estos músculos, que imposibilitan la extensión de la rodilla. Parece ser que el factor desencadenante de la fibrosis es el microtraumatismo de bajo grado de las fibras musculares como consecuencia de una actividad excesiva y explosiva. Por el momento se desconoce el tratamiento o la estrategia más eficaz, aunque la posible relación de esta enfermedad con la lesión muscular repetitiva, hace pensar que la instauración de un programa de estiramientos puede resultar útil para reducir su prevalencia. La evaluación miofascial regular también puede contribuir a la detección precoz y, posiblemente, al mayor éxito en la futura intervención.

Enfermedad lumbosacra

La tendencia al aumento en la prevalencia de estenosis lumbosacra degenerativa en perros de trabajo militares es preocupante, ya que no solo afecta a la vida en activo del animal, sino también a su calidad y esperanza de vida. En un estudio se revisaron los registros clínicos de 927 perros de trabajo militares y se encontró que la enfermedad degenerativa articular (19,2%) y el dolor en la columna vertebral/cauda equina (15, 6%) eran motivos frecuentes de eutanasia 9. En otro estudio se observó que el 30% de los perros de trabajo militares padecía alguna enfermedad de la columna vertebral, siendo la misma un motivo frecuente por el que el animal sea retirado del servicio 10. El esfuerzo asociado a la actividad física y las particularidades raciales favorecen cambios en la región lumbosacra que desencadenan la estenosis lumbosacra y que a su vez provoca trastornos biomecánicos, dolor neuropático y disfunción neurológica (Figura 4).

Programas de acondicionamiento

La prevención de lesiones es un concepto importante sobre el que se ha centrado la medicina deportiva veterinaria y el atletismo canino. Es importante evitar lesiones en perros de trabajo, puesto que afectan al rendimiento del animal y pueden ser motivo de su retirada precoz del servicio. Muchos perros de trabajo han sido seleccionados por cumplir con las características morfológicas y comportamentales deseadas para desempeñar su función de forma eficaz y eficiente. Nuestro papel consiste en mejorar su capacidad de trabajo evitando lesiones mediante la preparación física.

Para que el equipo entrenador/perro funcione bien es necesario entrenamiento en ambos extremos de la correa. Un programa de acondicionamiento aportará muchos beneficios: fomenta un alto rendimiento, reduce el riesgo de lesiones y facilita la recuperación de una lesión. Este tipo de programas se debe adaptar a las necesidades de cada perro y al tipo de función que desempeñe, puesto que las exigencias físicas y el estrés dependen del tipo de actividad. Instaurar un programa de acondicionamiento adecuado supone un reto en cuanto al tiempo que se requiere. Para conseguir aumentar la longevidad y la vida en activo de los perros de trabajo, el acondicionamiento debe prepararlos para sobrepasar su propio límite al trabajar. Lo ideal es que el acondicionamiento se considere una actividad adicional al entrenamiento rutinario de las habilidades y las actividades del perro de trabajo.

Un programa de acondicionamiento para mejorar la resistencia del individuo debe enfocarse en maximizar el aprovechamiento de oxígeno mientras que, si el objetivo del programa es la fuerza del individuo, el enfoque es aumentar la potencia y la aceleración del animal. Los perros que realizan actividades de larga duración (como el rastreo) precisan un elevado nivel de resistencia, mientras que para los perros que realizan un actividad breve y muy intensa es importante la fuerza 12. Los perros de trabajo son deportistas únicos que necesitan combinar el acondicionamiento aeróbico y anaeróbico para mejorar, a nivel global, tanto la fuerza como la capacidad de resistencia. El principal objetivo de un programa de acondicionamiento es maximizar la condición física del perro para mejorar el rendimiento tanto del sistema cardiovascular como del musculoesquelético. El programa debe aumentar gradualmente la duración, la frecuencia y la intensidad de los ejercicios para que el sistema cardiovascular y el musculoesquelético se adapten. El programa de acondicionamiento incluye el entrenamiento de resistencia, fuerza, equilibrio y estabilidad, propiocepción, estiramientos, ejercicios de calentamiento y enfriamiento.

Resistencia

Mejorar la resistencia del perro de trabajo ayuda a maximizar su rendimiento y minimizar la fatiga. Las actividades como la natación y el trote de larga duración aumentan la frecuencia cardiaca y respiratoria favoreciendo la resistencia. La marcha preferida en superficies de tierra para entrenar la resistencia es el trote, que consiste en un paso simétrico de dos tiempos con el que se ejercitan por igual ambos lados del cuerpo, a diferencia del galope o medio galope. El aumento de la duración o el número de entrenamientos no tiene por qué conllevar una mayor resistencia; la única manera de mejorar el rendimiento en atletas de fondo es mediante entrenamientos con repeticiones de alta intensidad. En otras palabras, los corredores de larga distancia siguen un programa de sprints aparte del entrenamiento de resistencia 13.

Un acondicionamiento deficiente puede dar lugar a una falta de resistencia, aparición de fatiga y/o agotamiento por calor. El sobrecalentamiento es un motivo de preocupación importante en perros que trabajan en ambientes cálidos y húmedos; en estos casos, el entrenamiento de resistencia ayuda a que el organismo pueda responder a las condiciones del entorno de una forma más eficiente. El entrenador no puede controlar la temperatura del entorno, pero influye en la condición física, lo que tiene un impacto en la termorregulación y en la temperatura corporal interna de cada perro. Sin acondicionamiento se produce un aumento de la temperatura corporal y jadeo excesivo con respiración oral, lo que influye en la capacidad olfativa del animal. Ciertos fármacos como el metronidazol, pueden afectar al olfato y se deben evitar o usar con precaución en perros de trabajo cuya función esté relacionada con la detección de olores 14.

Fuerza

En el ser humano, el entrenamiento de fuerza suele consistir en ejercicios de resistencia con pesas o ejercicios de potencia que combinan la fuerza y la velocidad (ejercicios pliométricos). En perros de deporte, el entrenamiento de fuerza consiste en hacer que los perros muevan su propio peso en distancias cortas. El material de agilty es excelente para el entrenamiento de la fuerza, puesto que el perro tiene que subir, bajar y pasar a través de obstáculos. Los túneles, por ejemplo, obligan al perro a moverse agachado, ejercitando así los músculos de las extremidades anteriores y la musculatura del hombro, incluyendo el bíceps, el tríceps y los pectorales. Los elementos de carreras de obstáculos, como las pasarelas, las rampas en A, los escalones, los postes en zigzag y las vallas de salto permiten ejercitar las extremidades posteriores y la musculatura paravertebral (Figura 5).

Equilibrio y estabilidad

En el perro, la musculatura central o “core” está formada por los músculos abdominales y paraespinales y desempeñan un importante papel en la estabilización del cuerpo durante el movimiento. Aumentando la fuerza de estos músculos centrales mejora la funcionalidad y la capacidad de realizar movimientos ágiles. La espalda de los perros de trabajo sufre un estrés significativo debido al tipo de movimientos que tienen que realizar y dicha musculatura debe tener la fuerza suficiente para soportar adecuadamente la espalda y evitar que se produzcan lesiones durante la torsión rotacional o las actividades de tipo explosivo (Figura 6). Se ha encontrado que los perros con estenosis lumbosacra degenerativa tienen atrofia muscular paraespinal y este es un hallazgo frecuente en personas con dolor lumbar crónico 15. Es esencial ejercitar la musculatura central en perros que por su conformación o raza tengan predisposición a la enfermedad vertebral. Actualmente se está investigando el papel de los programas de acondicionamiento en el aumento de la masa muscular paraespinal en perros con dolor lumbosacro leve o moderado. Se pueden realizar muchos ejercicios con objetos inflables que favorecen el equilibrio y la fuerza en la musculatura central (Figura 7).

Propiocepción

La propiocepción hace referencia al concepto de conciencia espacial, es decir, a la capacidad de percibir el movimiento y de reconocer la posición de las extremidades y las articulaciones en el espacio. La propiocepción es una capacidad básica para el correcto funcionamiento en el día a día, pero es particularmente importante para la ejecución de movimientos deportivos coordinados y complicados. El sistema propioceptivo está compuesto por una serie de nervios que transmiten información sobre la posición del cuerpo. Este sistema puede ejercitarse con el entrenamiento para mejorar la coordinación, la agilidad, la estabilidad y el equilibrio, reduciendo así el riesgo de lesiones. Para fomentar la conciencia espacial del perro se puede enriquecer el entorno fácilmente mediante el entrenamiento en diferentes terrenos, con objetos inflables, barras de salto (Cavaletti), elementos de agility y pistas de obstáculos.

Estiramientos

Los estiramientos consisten en provocar una ligera tensión en los músculos. Son útiles tanto para aumentar la flexibilidad muscular, como para la movilidad articular. En el ser humano las rutinas de estiramientos minimizan las lesiones musculares y aumentan la fuerza y la velocidad de las contracciones musculares, potenciando así el músculo. En los estudios realizados en el ser humano no hay consenso respecto a la utilidad de los estiramientos “previos a la acción o evento” para disminuir el riesgo de lesiones. Se cree que los estiramientos justo antes del evento, pueden en realidad reducir el rendimiento muscular al disminuir la velocidad y la fuerza de las contracciones musculares 16. El principal beneficio de mejorar la flexibilidad muscular es la disminución de microlesiones. En razas con un riesgo elevado de miopatía fibrótica puede ser beneficiosa la implementación de un programa regular de estiramientos isquiotibiales (Figura 8a) (Figura 8b) (Figura 8c). Los efectos en la flexibilidad son máximos cuando los estiramientos se realizan de forma regular a lo largo del tiempo. Lo ideal es seguir una rutina de estiramientos cuando los músculos ya se han calentado y el tejido tiene una mayor extensibilidad y elasticidad. En los perros de deporte o de trabajo se debería considerar la instauración de un programa de estiramientos a días alternos para que los músculos puedan adaptarse mejor a los aumentos rápidos de potencia.

Calentamiento

Las sesiones de calentamiento dan lugar a un aumento de la temperatura muscular y garantizan el aporte adecuado de oxígeno a los músculos. Esto aumenta la potencia de las contracciones musculares y la extensibilidad, disminuyendo el riesgo de lesiones. Cuando los músculos están trabajando reciben un mayor aporte de flujo sanguíneo que favorece la eliminación del ácido láctico, un residuo metabólico de la contracción muscular involucrado en la aparición de la fatiga. Un simple calentamiento de 5-10 minutos mediante ejercicios de bajo impacto, como pasear y trotar, prepara los músculos del perro para el próximo entrenamiento o misión de trabajo. Si se dispone de tiempo, lo ideal es realizar el calentamiento antes de los ejercicios, del acondicionamiento o de la actividad de trabajo, lo que ayudará a mejorar el rendimiento y a evitar lesiones 17. La duración del calentamiento puede ajustarse según la temperatura del ambiente (el calentamiento será de mayor duración cuando haga frío y más corto si el ambiente es caluroso/húmedo) 18.

Enfriamiento

El enfriamiento posterior al ejercicio puede ser tan importante como el inicio del mismo. El principal objetivo consiste en restablecer lentamente la frecuencia respiratoria, el ritmo cardiaco y la temperatura corporal. Como se ha mencionado antes, un metabolito frecuente de la intensa contracción muscular es el ácido láctico, que puede disminuir el pH y dar lugar a la aparición de molestias y fatiga. El enfriamiento durante 5-10 minutos con un trote ligero seguido de un paseo permite redistribuir el flujo sanguíneo y contribuye a la eliminación de residuos metabólicos. Esta rutina de enfriamiento también ofrece la oportunidad de relajar emocionalmente a los perros de trabajo antes de meterlos en su jaula o en el vehículo.

Lesiones y rehabilitación

Dado el tipo de actividad que realizan los perros de trabajo es prácticamente inevitable que tarde o temprano se lesionen. Las lesiones musculares son muy frecuentes tanto en atletas como en perros de deporte, pudiendo ser de naturaleza aguda o crónica. Pueden producirse por falta de flexibilidad, calentamiento inadecuado, fatiga, contracciones bruscas y fuertes, desequilibrios en la fuerza muscular y sobre-entrenamiento. Las lesiones musculares agudas se producen como consecuencia del desgarro brusco de las fibras musculares, mientras que las lesiones crónicas se producen por la acumulación de pequeños desgarros que no llegan a resolverse debido un sobreuso continuado (Figura 9).

La rehabilitación forma parte del tratamiento habitual de trastornos ortopédicos o lesiones musculoesqueléticas para facilitar la recuperación, minimizar el riesgo de recidiva y favorecer la vuelta a la actividad del perro de trabajo. La mayoría de los tejidos siguen el mismo proceso de curación: inflamación, reparación y maduración. La rehabilitación tiene interés durante la fase de reparación, donde orienta la curación para que el tejido adquiera la máxima fuerza posible (Figura 10). La rehabilitación se divide en una fase aguda, una fase intermedia, una fase avanzada de fortalecimiento y el regreso al deporte o al entrenamiento específico. La propiocepción suele verse afectada tras una lesión, pudiendo producirse leves cambios en el control muscular. Mejorar la capacidad de propiocepción mediante determinados ejercicios puede ayudar a alcanzar de nuevo un nivel competitivo.

Es importante tener en cuenta que durante la convalecencia por cualquier enfermedad prolongada o tras una cirugía abdominal (p. ej., dilatación/vólvulo gástrico, extracción de un cuerpo extraño, esplenectomía), el cuerpo sufre un estado de desacondicionamiento. Como consecuencia de la restricción de ejercicio se pierde tanto la condición física cardiovascular como la musculoesquelética. Los programas de rehabilitación estructurados se centran en regresar gradualmente a la actividad normal para garantizar que el perro esté físicamente preparado, independientemente de la preparación mental para retomar su actividad.

Detección precoz de las lesiones

Los perros de trabajo deberían someterse a chequeos regulares y exhaustivos que incluyan una exploración musculoesquelética o una “evaluación deportiva” para comprobar si existe una base ortopédica sólida y detectar precozmente problemas musculoesqueléticos (Recuadro 2) (Figura 11). Este tipo de problemas hacen que estos perros tiendan a un peor rendimiento debido al dolor o a la progresión inicial por el desgaste excesivo de un proceso patológico.

La motivación y la adrenalina es una combinación que en los perros de trabajo muchas veces enmascara los primeros signos de una lesión. Las lesiones leves pueden ser difíciles de identificar, ya que los cambios tisulares en la exploración física son mínimos. En personas con distensiones leves, la descripción de malestar suele ser un factor clave en el diagnóstico. Es importante que los entrenadores realicen rutinariamente una “evaluación rápida de 5 minutos” de sus perros tras finalizar una actividad extenuante (Recuadro 3). La palpación regular permite tener una noción de lo que es “normal” en el perro y aumenta las posibilidades de detectar cambios iniciales leves (Figura 12). La identificación precoz de una lesión es esencial tanto para el éxito del tratamiento, como para prevenir la progresión hacia un problema crónico que afecte al rendimiento del perro.

Salud articular a largo plazo

Promover una condición corporal ideal en los perros de trabajo es fundamental tanto para su salud articular a largo plazo como para su rendimiento en general. Los perros en forma desempeñan mejor su trabajo, mientras que el sobrepeso dificulta la termorregulación y la detección de olores. A medida que aumenta el índice de condición corporal también aumenta la demanda sobre las articulaciones y con ella el riesgo de lesión. La obesidad no solo aumenta el riesgo de osteoartrosis, sino también la gravedad de la misma. Con frecuencia se indica que el 20% de los perros adultos presentan osteoartritis, pero un estudio reciente ha revelado que la prevalencia de la osteoartritis es del 37% en perros de más de un año 19. Cada vez hay más perros con sobrepeso y los estudios sugieren que existe una relación entre la esperanza de vida y el índice de condición corporal 20; se ha demostrado que los perros con una alimentación restringida en calorías desarrollan osteoartritis más tarde y tienen una mayor esperanza de vida que los perros alimentados ad libitum 21 22 23 24.

La artritis es la principal causa de dolor en los animales de compañía, afectando directamente a la resistencia de los perros de deporte y de trabajo. Debido a las exigencias de su labor, los perros de trabajo tienen un mayor riesgo de desgaste articular excesivo. Las enfermedades articulares degenerativas alteran los movimientos, produciéndose una sobrecompensación en otras articulaciones y músculos. Estos cambios causan fatiga y un mayor riesgo de lesiones. La prevención y la detección precoz de la artritis es esencial para prolongar la vida en activo de los perros de trabajo, así como la instauración de un plan multimodal para el manejo de la osteoartritis (Recuadro 4).

También cabe señalar el importante papel de la nutrición no solo como fuente de energía, sino también como medio para disminuir el riesgo y la progresión de la enfermedad articular. Existen numerosas dietas y suplementos nutricionales cuyo principal objetivo es el mantenimiento a largo plazo de la salud articular. Los condroprotectores suelen formar parte del plan multimodal para el manejo de la osteoartritis y se utilizan con frecuencia para retrasar su progresión. Aunque no son los únicos, los suplementos nutricionales más utilizados incluyen los ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) procedentes de aceites de pescado, los lípidos insaponificables de aguacate y soja (ASU), la curcumina, el extracto de té verde, el mejillón de labio verde, la glucosamina y el sulfato de condroitina.

La medicina preventiva ha avanzado mucho en lo que respecta a las exploraciones físicas, revisiones odontológicas, analíticas, nutrición, control parasitario y vacunaciones en los perros de trabajo. La medicina deportiva se centra en mejorar la condición física de los animales de trabajo y promover la longevidad de su vida activa, fortaleciendo además el vínculo entre el entrenador y el perro de trabajo. Un equipo veterinario con una buena base de conocimientos sobre medicina deportiva puede desempeñar un papel esencial instaurando las estrategias adecuadas para prevenir la aparición de lesiones.